La caída de los gigantes

Desde hace años mi madre no paraba de recomendarme esta trilogía, diciendo que se aprendía mucha historia, y realmente es así. La caída de los gigantes es una muestra fiel de la primera guerra mundial desde los distintos puntos de vista de los principales países implicados. Está narrado con todo lujo de detalles, se nota el gran trabajo de documentación del autor. ¡Me lo imaginé todo como una gigantesca partida de Risk!

Sin embargo, demasiada política para mí. Es un tema que me hastía y, por desgracia, el libro está repleto. Este fue mi principal problema a la hora de leer, por esa razón tardé tanto tiempo en terminarlo. Mentiría si dijera que este libro me ha maravillado como hicieron otras novelas del mismo autor. Es bastante lento en algunas de sus partes, lo que dificultaba mi ritmo de lectura. de hecho, alrededor de las 200 páginas tuve que abandonar el libro durante varias semanas para evitar cogerle manía. Me distraje con otras lecturas más ligeras y después volví a la carga con el ánimo renovado. Entonces fue cuando lo cogí con ganas y ya no lo solté hasta terminarlo.

Me encanta cómo escribe este autor. La narración es fluida y las descripciones muy detalladas, se nota el estilo de Follett. La ambientación espléndida, durante los primeros capítulos no pude evitar evocar la serie Downton Abbey porque una de las protagonistas es sirvienta en una casa parecida, con sus chismorreos y secretos. Dicha serie se estrenó en televisión en septiembre de 2010 y La caída de los gigantes también fue publicado en septiembre de ese año. ¿Qué fue antes, el huevo o la gallina? Una simple coincidencia, diría yo.

Estando los Pilares de la tierra y Un mundo sin fin entre mis libros favoritos, esperaba unos personajes que atraparan de la misma manera (y mi gozo en un pozo) El mayor mérito de la novela es que pocas veces tendrás que consultar el índice de personajes porque en ningún momento te pierdes ni los confundes. Entre los personajes, mis favoritos son Ethel Williams y Maud Fitzherbert, una mujer obrera y otra aristócrata. Ambas son fuertes, inteligentes, avispadas y, sobre todo, luchadoras. El resto son bastante más flojos, unos me cayeron simpáticos, como Walter von Ulrich o Billy Williams, y otros no quería saber de ellos, como el conde Fitz Fitzherbert.
Para mí, toda la historia de la familia rusa sobraba por completo, bastante tenía con los acontecimientos de ingleses y alemanes como para añadir más personajes que pasaron por las páginas sin pena ni gloria.

Como siempre, Follet cumple a la hora de entretener y he aprendido mucho con este libro sobre un periodo histórico que era bastante desconocido para mí. Recomiendo este libro si aún no has leído nada de este autor. Es una buena forma de iniciarse.

Saludos ;)