La ciudad en verano es el peor lugar para los desesperados.
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La ciudad en verano es el peor lugar para los desesperados.
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Se tapa la cabeza con la sábana y respira despacio como si necesitase que todo cambiase de velocidad, como si al espaciar sus expiraciones e inspiraciones fuera a ser capaz de poner a cero el contador de la vida, pero las resurrecciones no existen por mucho que se finja ser un muerto.
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Parece que le ha quedado claro que sentarse a diseñar el cuerpo de un asesino no obliga a quien lo diseña a olvidarse de su propia alegría.
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Sé que la rutina tiene muy mala prensa, pero tal vez sea el único elemento capaz de acabar con el poder de los tiempos verbales si uno de ellos, el futuro, está absolutamente decidido a acabar contigo.
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El dedo índice de su mano derecha será quien la ayude a morir. Para un escritor es fundamental ser capaz de practicar la eutanasia con cada una de las palabras que haya escrito, una palabra muerta de antemano puede convertirse en una epidemia feroz para cualquier historia.
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Escribir para los rehenes que aíslan nuestra memoria es la mejor liberación a la que podemos someter a nuestros recuerdos.
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Tiene los dedos helados, la idea de transformarse en dos tipos distintos de araña para poder tejer este disparate al que su soberbia la ha arrojado sin reparar en gastos comienza a pasarle factura. Sabe que esta caprichosa bicefalia le va a costar cara, sabe muy bien que estos dos cerebros por muy ficticios que sean no podrán coexistir.
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El miedo nos otorga siempre una doble personalidad que nos convierte en héroes sin haber logrado aún nada.
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Seguramente quiere gritar, pero los cobardes, tras su cobardía, dejan de controlar de manera tajante la vida privada de sus cuerdas vocales.
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La sensación de soledad ha pasado a un segundo plano y ha absorbido, como absorbería una esponja natural un pequeño charco de agua, el sudor que había fabricado su sensación de invisibilidad.
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¿Quién es el autor/la autora de Episodios Nacionales?