-Es un hombre... extraño- me atreví a decir. -Es, o ha sido, en muchos aspectos, un gran hombre- dijo Guillermo-. Pero precisamente por eso es extraño. Solo los hombres pequeños parecen normales. |
-Es un hombre... extraño- me atreví a decir. -Es, o ha sido, en muchos aspectos, un gran hombre- dijo Guillermo-. Pero precisamente por eso es extraño. Solo los hombres pequeños parecen normales. |
Sólo el bibliotecario, además de saber, está autorizado a moverse por el laberinto de los libros, sólo él sabe dónde encontrarlos y dónde guardarlos, sólo él es responsable de su conservación...
|
Nada hay en el mundo, ni hombre ni diablo ni cosa alguna, que sea para mí tan sospechoso como el amor, pues éste penetra en el alma más que cualquier otra cosa. Nada hay que ocupe y ate más al corazón que el amor. Por eso, cuando no dispone de armas para gobernarse, el alma se hunde, por el amor, en la más honda de las ruinas.
|
La risa mata el miedo, y sin el miedo no hay lugar para Dios.
|
En el principio era el Verbo y el Verbo era en Dios, y el Verbo era Dios. Esto era en el principio, en Dios, y el monje fiel debería repetir cada día con salmodiante humildad ese acontecimiento inmutable cuya verdad es la única que puede afirmarse con certeza incontrovertible.
|
"Sin bibliotecas, ¿que nos quedaría?; no tendríamos pasado ni futuro." "No puedes aprender a escribir en una universidad. Es un lugar muy malo para los escritores porque los profesores siempre piensan que saben más que uno, y no es cierto. Ray Bradbury. |
"Busque en todas las cosas el descanso, y en ninguna lo encontré, excepto en un lugar solitario en compañía de un libro."
|
Era como si toda la creación me hablara de ella, y deseaba, sí, volver a verla, pero también estaba dispuesto a aceptar la idea de no volver a verla jamás, y de no unirme más a ella, siempre y cuando pudiese sentir el gozo que me invadía aquella mañana, y tenerla siempre cerca aunque estuviese, por toda la eternidad lejos de mí. (...) Y, sin embargo, en medio de tanta dicha, sentía una especie de dolor, en medio de todos aquellos fantasmas de una presencia, la penosa marca de su ausencia.
|
Porque no todas las verdades son para todos los oídos, ni todas las mentiras pueden ser reconocidas como tales por cualquier alma piadosa.
|
- ¿Por qué - preguntó- insistis en hablar de actos delictivos sin pronunciaros sobe su causa diabolica? - Porque razonar sobre las causas y los efectos es algo bastante dififcil, y creo que sólo Dios puede hacer juicios de ese tipo. |
¿Para qué viajan Fray Guillermo y Adso a la abadía benedictina?