"Cuando entra en juego la posesión de los bienes terrenales es difícil que los hombres razonen con justicia"
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"Cuando entra en juego la posesión de los bienes terrenales es difícil que los hombres razonen con justicia"
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"Porque no todas las verdades son para todos los oídos, ni todas las mentiras pueden ser reconocidas como tales por cualquier alma piadosa"
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"Tal es la fuerza de la verdad, que, como la bondad, se difunde por sí misma"
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"La verdad antes de manifestarse a cara descubierta, se muestra en fragmentos"
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"Un buen cristiano puede aprender a veces incluso de los infieles"
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"Por doquiera busqué la paz, sin hallarla más que en un rincón y un libro"
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Nada hay en el mundo, ni hombre ni diablo ni cosa alguna, que sea para mí tan sospechoso como el amor, pues este penetra en el alma más que cualquier otra cosa. Nada hay que ocupe y ate más al corazón que el amor. Por eso, cuando no dispone de armas para gobernarse, el alma se hunde, por el amor, en la más honda de las ruinas
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Nada hay en el mundo, ni hombre ni diablo ni cosa alguna, que sea para mí tan sospechoso como el amor, pues éste penetra en el alma más que cualquier otra cosa. Nada hay que ocupe y ate más al corazón que el amor. Por eso, cuando no dispone de armas para gobernarse, el alma se hunde, por el amor, en la más honda de las ruinas
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Hasta entonces había creído que todo libro hablaba de las cosas, humanas o divinas, que están fuera de los libros. De pronto comprendí que a menudo los libros hablan de libros, o sea que es casi como si hablasen entre sí. A la luz de esa reflexión, la biblioteca me pareció aún más inquietante.
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-¿Cómo? ¿Para saber qué dice un libro debéis leer otros? -A veces es así. Los libros suelen hablar de otros libros. A menudo un libro inofensivo es como una simiente, que al florecer dará un libro peligroso, o viceversa, es el fruto dulce de una raíz amarga. |
¿Para qué viajan Fray Guillermo y Adso a la abadía benedictina?