La gran diferencia entre ser lector cero y aquel que lo hace por segunda vez con el libro publicado, es el disfrute. El primero suda, busca el error, y cuando lo encuentra, se lo comunica al autor, de la manera más civilizada posible. El segundo, se venga. Dagas afiladas, látigo engrasado y lleno de rencor, manifiesto: Que "Hay ave Valencia-Sevilla" ha mejorado, y mucho, de aquel borrador que llegó a mis manos allá por el pleistoceno. Y no os podéis imaginar, cuán gratificante es, dejar de poner a Nuria nerviosa y decir, que su novela, una vez acabada, ha superado mis expectativas. En realidad, guarda toda la esencia e intención del primer borrador, pero el aburrido proceso de pulir y encerar, ha dado sus frutos. Dos mujeres marcan el ritmo de una narrativa fresca, fluida y sencilla que son el tono idóneo para una novela de pasados y presentes. Lola es una joven independiente con todos los guiños de aquellos que tuvimos su edad en los 90. Mismos bares, mismas zonas de marcha y una cierta pereza a la hora de cuidar a los suyos. Elia es la yaya (abuela) de nuestra joven, que representa a todos nuestros ancianos que padecieron los sinsabores de la guerra, con independencia del bando. La soledad será la puerta de entrada a una relación que mejora y se hace más íntima con el tiempo, despertando a Lola del letargo en el que solíamos dormir los jóvenes y, descubrir, que su yaya, fue una mujer fuerte, de su tiempo, con una vida llena de vaivenes y sentimientos a flor de piel. La autora, con mucha ternura y sensibilidad, nos muestra como nuestros abuelos son mucho más que arrugas del tiempo o anacronismos del mundo moderno. También el amor, en su justa medida (cosa que agradezco y salva tu pellejo) y ese halo costumbrista con el que Nuria adereza sus textos, visten de manera casual a una obra donde todo cuanto sucede lo hace sin ser forzado. Para mí, y esto no lo sabe ella, la mayor virtud de esta novela, es estar narrada de la misma forma que lo haría un amigo con tiempo por delante y cervezas bien frías. Finalista del VIII certamen literario Mujer al viento (que no es un Rafaguillo, pero mola) la valenciana te hará pasar buenos momentos con su estilo sencillo y directo. Hay Ave Valencia-Sevilla. ¿Te subes a este tren? + Leer más |