El encuadernador

—No hacemos libros para venderlos, muchacho. Vender libros está mal. Tus padres en eso tenían razón… —Es la encuadernación lo que importa.

Nadie me había explicado jamás por qué los libros eran algo tan deshonroso.

Nunca imaginé que podría desear la muerte, pero era como ahogarme una y otra vez, salvo que la oscuridad final nunca llegaba.

Cogemos recuerdos y los encuadernamos. Aquello que las personas no soportan recordar. Aquello con lo que no pueden vivir. Cogemos esos recuerdos y los encerramos para evitar que sigan haciendo daño. Eso son los libros.

Que tu oscuridad siga latente y la luz brille antes de que así lo precises

Los oficios de encuadernador y de doctor solían ir de la mano: ambos alivian el dolor y facilitan la llegada al mundo, así como su marcha.