No lamentes demasiado las decisiones que tomaste en el pasado. Sólo toma las correctas en el futuro. Somos capaces de cambiar, y capaces de ser lo mejor que podemos ser, siempre.
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No lamentes demasiado las decisiones que tomaste en el pasado. Sólo toma las correctas en el futuro. Somos capaces de cambiar, y capaces de ser lo mejor que podemos ser, siempre.
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Creo que cuando tomamos una decisión, y cada decisión es independiente de las decisiones que hemos tomado antes, debemos examinar no sólo nuestras razones para tomarla, sino qué resultados puede tener, y si haremos daño a gente buena con ella.
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¿Quién soy yo? Durante años he fingido ser quien no era, y entonces me alegro de poder regresar a mi verdadero yo y sólo descubro que no hay ningún verdadero yo al que regresar. Era un niño corriente, y luego fui un hombre no muy bueno, y ahora ya no sé cómo ser ninguna de esas dos cosas.
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Quizá, pero no existirías sin una mujer, ¿no? Por poco uso que nos encuentres, somos más inteligentes, más resueltas y más pacientes que los hombres. Los hombres serán más fuertes, pero es la mujer la que aguanta.
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Las costumbres de años no se pierden tan rápido. No cometas el error de creer que no te quiere porque juega a no hacerlo. Enfréntate a él si lo necesitas y exígele la verdad, pero no cometas el error de alejarte porque crees que es una causa perdida. No lo alejes de tu corazón. Porque si lo haces, lo lamentarás.
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La vida está llena de riesgos. La muerte es mucho más sencilla.
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Eres el último sueño de mi alma. Eres el primer sueño, el único sueño que nunca pude obligarme a dejar de soñar. Eres el primer sueño de mi alma, y de ese sueño espero que nazcan todos los otros sueños, toda una vida de sueños. |
Todo encuentro tenía su separación, y así sería, mientras la vida fuera mortal. En todo encuentro había algo de la tristeza de la partida, pero en toda partida también había algo de la alegría del encuentro.
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Y si tú dices que puedes morir mañana sin que nuestros labios vuelvan a tocarse, y que no lo lamentarás, entonces dímelo y no te lo pediré, porque sé que no tengo ningún derecho...
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Eres como yo. Dices las cosas que yo pienso, pero nunca digo en voz alta. Lees los libros que yo leo. Amas la poesía que yo amo. Me haces reír con tus canciones ridículas y con el modo en que ves la verdad de todo. Siento que puedes ver dentro de mí, y ver todo lo que tengo de raro o poco común y acomodar tu corazón a eso, porque eres raro y poco común de la misma manera [...] Somos lo mismo.
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Manolito ...