Creo que es una de las primeras veces en las que leo algo con un contexto histórico español tan intenso. No tengo por costumbre leer libros que contengan hechos reales. Nuestro protagonista es Alvar de Mondragón y desde ya os digo que su vida no ha sido nada fácil. La historia parte desde que Alvar es un niño que sufre la pérdida de sus padres, la de varios seres queridos más y debe vagar solo por el mundo. Con una mente superdotada y un único don para la cocina. Me ha gustado mucho que se haya visto toda su trayectoria desde que comienza su vida, hasta que llega su final. Es una novela dramática, triste y llena de autodescubrimiento. Pero a pesar de esos toques lúgubres típicos de la época y el contexto en el que se encuentra nuestro Alvar "chico", hemos contado con pequeñas dosis de humor que están muy bien repartidas, casi todas de la mano del Fraile Tomás. Que es el que enseña a nuestro protagonista en el noble arte de la cocina y lo pone en el camino correcto. La prosa del autor me ha parecido muy hermosa, quizá algo recargada para mí gusto, ya que yo no tengo por costumbre leer novelas tan densas. Se me ha hecho algo largo en varios puntos, ya que sentía que no se avanzaba. Pero no es culpa del autor, si no de mi propia ritmo de lectura, que yo quería acelerar más de lo que la lectura lo precisaba. Me ha gustado mucho la manera en la que el autor te hace empatizar con sus personajes. A mi me cambiaba el humor a medida que iba avanzando en su lectura, porque se me llenaba el corazón de tristeza al ver la situación en la que se encontraban muchas personas en esta época. Y ahora para acabar, también admito que me encontraba dentro de Ratatouille, porque la comida y los ingredientes siempre están en primer plano y son unas descripciones tan exquisitas, que te da un hambre atroz. Yo me pasaba las páginas pensando en la comida que me tocaría después, porque incluso llegaba a olerlas. ¿Os gusta cambiar de registro en cuanto a libros? ¿Salís de vuestra zona de confort de manera constante? Os leo. + Leer más |