Porque nada existe de verdad hasta que no lo miran dos.
|
Porque nada existe de verdad hasta que no lo miran dos.
|
— ¿No recuerdan que nos llamó "los siete grandes culpables"? A fuerza de navegar habrá llegado a imaginarse que el mundo del pecado está también dividido en tres clases como los barcos. — ¿Y por qué no? Hay la tercera de la necesidad: los que roban para comer. Hay la segunda de los mediocres: los que no hacen mal, pero lo toleran por comodidad. Y hay, finalmente, una aristocracia negra: los que lo hacen por el placer de hacerlo, los de la crueldad y la soberbia, los del dolor inútil... Por lo visto, ustedes son aquí "los siete pecadores capitales". |
Cuando se sabe morir, no importa cómo se ha vivido.
|
Son las únicas amistades verdaderas; las de los viajes. Como son tan cortas no hay tiempo para los desengaños.
|
Si lo que quiere es presenciar un drama artístico búsquelo en el teatro, o en los libros, que es donde se miente... Pero la vida es tan brutalmente sincera que sólo produce sainetes y melodramas.
|
Las simpatías y antipatías siempre son recíprocas.
|
Él se cree un verdadero lobo de mar; pero cuando usted haya viajado mucho verá que los famosos lobos resultan unos simples zorros.
|
Es un poema épico griego compuesto por 24 cantos, atribuido al poeta griego Homero. Narra la vuelta a casa, tras la guerra de Troya, del héroe griego Ulises