Esa es la palabra: miedo. Y con razón. Cuándo se calla el mar? Cuando va a haber tormenta. Cuándo se calla el bosque? Cuando pasan los hombres con escopetas. Siempre que hay un gran silencio, es que está el peligro en el aire
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Esa es la palabra: miedo. Y con razón. Cuándo se calla el mar? Cuando va a haber tormenta. Cuándo se calla el bosque? Cuando pasan los hombres con escopetas. Siempre que hay un gran silencio, es que está el peligro en el aire
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La despedida! Maldito quien inventó esa palabra. La gente debía llegar siempre. No debía irse nunca.
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Ricardo: —Ella. Hasta que no llegué a esta casa no supe de verdad lo que es una casa. Hasta que no conocí a Estela no supe de verdad lo que es una mujer. Caballero: —Me lo temía. El amor... Siempre se me olvida ese pequeño detalle, y siempre es el que me hace perder. |
Ricardo: —¿Pero se da cuenta de lo absurdo de esta situación? Usted no puede estar ahí, aunque lo crea. El diablo no es un personaje de carne y hueso. Es una idea abstracta Caballero: —Y sin embargo aquí me tienes. De vez en cuando, hasta las ideas abstractas necesitamos salir a estirar las piernas. |
Ricardo: —(SE RESTRIEGA LOS OJOS). Hablemos en serio, por favor... ¿no pretenderá hacerme creer que estoy tratando con...con...? Caballero: —Dilo sin miedo. Con el Diablo en persona. Ricardo: —¡Demonio! Caballero: —También. Todos mis nombres se usan como exclamación. |
Conviene que el oso este bien muerto antes de repartirse la piel.
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No puedo detenerme en sentimentalismos. El corazón es un mal negocio.
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Ricardo: —Entendámonos. ¿Has venido a perder mi alma o a darme una lección de moral? Caballero: —Nunca he sabido hacer uno sin lo otro. |
No puedo detenerme en sentimentalismos. El corazón es un mal negocio.
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Caballero: —(...) Yo siempre elijo para los hombres ese mal cuarto de hora que vosotros elegís para las mujeres.
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Es un poema épico griego compuesto por 24 cantos, atribuido al poeta griego Homero. Narra la vuelta a casa, tras la guerra de Troya, del héroe griego Ulises