El ruletista

Pero hay un lugar en el mundo donde lo imposible es posible, se trata de la ficción, es decir, la literatura. Allí las leyes del cálculo de probabilidades pueden ser infringidas, allí puede aparecer un hombre más poderoso que el azar.

Querrías sacudir el corazón del lector pero, ¿qué hace él? A las tres termina tu libro y a las cuatro empieza con otro, por muy bueno que sea el libro que tú hayas depositado en sus manos. Sin embargo, estas diez o quince páginas son otra cosa, se trata de un juego diferente. Mi lector de ahora no es otro que la muerte. Veo ya sus ojos negros, húmedos, atentos como los ojos de una adolescente, leer mientras completo una línea tras otra. Estas hojas contienen mi proyecto de inmortalidad.

Naturalmente, me prometía a mí mismo una y otra vez que tenía que abandonar el mundo de la ruleta. Pero en aquella época publicaba dos o tres libros al año y disfrutaba de ese éxito que suele preceder a un largo silencio primero y al olvido después. Recuperaba con cada libro lo que había perdido en la ruleta y volvía a hundirme allí, bajo tierra, donde, al parecer, un presentimiento de nuestra carne y de nuestro esqueleto nos atrae mientras estamos vivos.

Cuando yo haya muerto, mi cripta, mi guarida, seguirá flotando en esa niebla negra y sólida, y llevará estas hojas a ninguna parte para que nadie las lea. Pero en ellas está, al fin y al cabo, todo. He escrito varios miles de páginas de literatura -polvo, nada más que polvo-. Intrigas construidas de forma magistral, fantoches con sonrisas galvanizadas, pero, ¿cómo vas a poder decir algo, por poco que sea, en esta inmensa convención que es el arte? Querrías sacudir el corazón del lector, pero ¿qué hace él?

Desgraciadamente, y a pesar de todos mis esfuerzos, nunca he sido creyente, no he sufrido crisis de fe ni de negación de la fe. Quizá habría sido mejor serlo, porque la escritura exige drama y el drama nace de esa lucha agónica entre la esperanza y la desesperanza, en la que la fe desempeña un papel, me imagino, esencial.

[...] la literatura no es el medio adecuado para decir algo real sobre uno mismo.

"El Ruletista"
Mircea Cărtărescu
Traducción e introducción de María Ochoa de Eribe
@editorial_impedimenta
62 páginas *¿Os ha ocurrido que un libro os recordó una película - sin relación directa alguna- o al revés?. Espero no ser el único y que mis neuronas y sus sipnasis continúen funcionando. Amén
*Una de mis preferidas es "El sexto sentido" de M. Night Shyamalan. Dicho director rodó - se estrenó en el 2001- con Bruce Willis y Samuel Jackson una bastante extraña: "EL PROTEGIDO" (Seguro que le gusta a mi hijo Jorge Juan) *David (Bruce W. ), único superviviente de un aparatoso accidente, conoce a Elijah (Samuel J.) afectado por una enfermedad osea que le impide moverse por el riesgo a fracturarse. Piensa que si en el mundo hay una persona tremendamente fragil, por compensación deben existir quien sea indenme a todos los accidentes
*Mircea Cărtărescu reflejó en esta novela (corta como nos gusta a @icarobooks y a mí) el miedo a morir. No a la muerte física sino a la del olvido. A desaparecer eternamente de la memoria universal
*"Espero con toda mi alma - y tengo un argumento poderoso: el Ruletista- ser el personaje de un relato y, aunque tengo ochenta años, no morir nunca porque, de hecho, no he vivido nunca"
* El mundo de las apuestas (desde las canicas y de la cerilla más corta para ganar una cerveza) más brutales están aquí - lo voy a decir como lo pienso y corresponde- brutalmente recogido. Y con una maestría máxima. Tan digna como la de aquel que se atreve a apostar con seis balas en un tambor de dicha capacidad.
*Agradezco a Maria Ochoa de Eribe su magnífica introducción que nos acerca a la obra de M. C.
*Deseo pasar a la memoria eterna - con El Ruletista- como "El abuelo que vivió en Instagram". Por ejemplo, en una novela breve