Tweedledum y Tweedledee decidieron batierse en duelo; pues Tweedledum dijo que Tweedledee le había estropeado su bonito sonajero nuevo. Bajó entonces volando un monstruoso cuervo, más negro que todo un barril de alquitrán; ¡y tanto se asustaron nuestros héroes que se olvidaron de todos sus duelos! |