Tenía este libro en mi estantería esperando a ser leído desde hacía varios meses, pues se trata de un género que me apetece leer mucho más en verano. Así que, en cuanto empezó a hacer calor, dije: este es el momento. Es una novela romántica y ligera, de esas que puedes asociar fácilmente con las típicas novelas de sobremesa de los fines de semana. Reconozco que no tenía grandes expectativas, pues pensaba que iba a ser demasiado empalagosa para mí, sin embargo, y contra todo pronóstico, ha conseguido mantenerme enganchada hasta el final. Es cierto que la trama tiene muchos clichés y que muchos acontecimientos se ven venir, no obstante, me ha entretenido a la vez que me ha hecho creer en las segundas oportunidades. Si hay algo que no me agrada del libro, es la portada. Aunque refleja a los protagonistas y ese ambiente con los globos aerostáticos que tanta importancia tiene en el texto, creo que no está a la altura del contenido. Tampoco me ha gustado la forma de dirigirse a las mujeres en algunos momentos y ciertos estereotipos que se han mantenido. El libro se divide en diecisiete capítulos y un epílogo, y está escrito de una forma sencilla y ágil, lo que, junto a su breve extensión, hace que se lea sin que apenas te des cuenta. Es un libro que recomiendo a lectores de novela romántica que quieran leer algo ligero y que, quizás, les sirva como transición entre lecturas de otros géneros o más densas. + Leer más |