Matrioskas

Matrioskas es la historia de la violencia que soportan las mujeres en medio de una guerra, por el hecho de ser mujeres y de las consecuencias que esa violencia generan.
Es una novela corta aunque dura. La autora a través del relato de una de las protagonistas nos trasmite las atrocidades sufridas pero sin recrearse, dejando que cada cual cree sus propias imágenes.
Recuerdo que la primera vez que la leí( he vuelto a leerla para la reseña) me perdía al principio. Pues está escrita de tal forma que en cada capítulo se va entrelazando dos historias. Una relatada en un lenguaje más adulto y formal, y otra más adolescente y coloquial.
Al ser una novela corta y de capítulos también cortos, se podría pensar que se lee rápido. Pero sería un error, es una novela para la reflexión y conlleva una lectura pausada.
Hay mucho que pensar, pues hay diversos puntos de vistas según sea quien protagonice esa parte del relato. Si tratas de entender o empatizar con cada una de las personas, te llevará a una nueva reflexión.
Evidentemente, los papeles importantes de la novela son protagonizados por mujeres, madres, hijas, víctimas, supervivientes…
Desde mi punto de vista, lo que se pretende con esta novela es que no se olvide que lo que la protagonista sufrió son tácticas de guerra para el exterminio que luego se tapan y niegan.
Además, las consecuencias de esas salvajadas son rechazadas y olvidadas, sin tener en cuenta que no son culpables sino como acabo de decir, consecuencias.
Agradezco a Marta Carnicero su valentía en tratar un tema tan duro, es vital que se ponga de manifiesto pues sigue habiendo guerras y estas acciones son ignoradas.

Somos seres incompletos y a la vez excesivamente complejos. Como una matrioska, albergamos en nuestro interior diferentes versiones de nosotros mismos y una cantidad exasperante de sentimientos. Nos componemos de capas y más capas que creemos que dejamos ver a nuestro antojo a los que nos rodean. No es cierto. Cuando la última de esas muñecas infinitas está invadida de odio, todo lo demás no tiene sentido. No dejaremos que nadie descubra más de una capa, no vaya a ser que le dé por investigar y acabe llegando al epicentro de nuestro más profundo dolor. El odio, si no puede materializarse en venganza, es un sentimiento solitario.
Marta Carnicero ha escrito un libro que se lee del tirón y con el corazón encogido. Un libro que deja claro cuál fue el papel de las mujeres en la guerra. Lo que quedó de ellas. Todo lo que, con independencia de quién ganara o perdiera el conflicto, se tiró por la borda allí. No solo vidas, amores, esperanzas. Se masacró en su totalidad la posibilidad de un futuro sin odio. Y los niños que nacieron allí, refugiados en un lugar que no era refugio para nadie, fueron condenados a vivir con la carga de su procedencia.
No hay justicia que pueda reparar eso.

Una vez más he disfrutado leyendo a Marta Carnicero. Ha pasado a ser una de esas autoras que libro que publica, libro que he de leer. Nunca me deja indiferente y siempre pasa a estar en el top diez de mis lecturas favoritas del año. Y además, quizás sea el libro de la autora que más me ha gustado, de esos que se quedan marcados en tu cabeza.

A veces, aunque un libro trate sobre temas duros y delicados, considero que hay que leerlos para conocer la parte cruel de esta vida. Aunque sea una novela de ficción, hay mucha realidad entre sus párrafos. Escrita como si de un grito se tratara, un altavoz para dar visibilidad a los hechos que siguen ocurriendo en nuestro mundo. Un grito necesario, un grito para dar voz a miles de mujeres que aún hoy en día sufren atrocidades.

Marta Carnicero nos presenta a Hana, una mujer con mucho dolor en su interior tras haber sido víctima directa de una guerra. Nos cuenta cómo junto a multitud de mujeres, fue encerrada en un «campo de refugiados» en el que multitud de soldados abusaban…, o mejor dicho, las violaban diariamente.

Paralelamente, conocemos a Sara, una joven de 18 años recién cumplidos y podría decirse que tiene una vida acomodada, pero con un círculo incompleto que tiene la necesidad de cerrar.

A lo largo de las dos historias que discurren paralelamente, conocemos el pasado y presente de estas dos mujeres que tienen mucho que contar, y como si de una trenza se tratara, poco a poco se van entrelazando sus vidas.

Me ha encantado cómo se van hilando ambas historias; gracias a la sensibilidad de Marta Carnicero hace que te metas de lleno en la piel de ambas mujeres que tienen una gran rabia acumulada y necesidad de venganza en su interior, con heridas muy interiorizadas que solo el tiempo puede curar.
Un grito por la injusticia; un grito por la memoria de lo que nunca tendrían. que haber vivido miles de mujeres.
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