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Críticas sobre El desierto de los tártaros (12)
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Guille63
 11 July 2023
“No hay temor sin esperanza, ni esperanza sin temor.” (La Rochefoucauld)

“Lo mejor es enemigo de lo bueno.” (Voltaire)

“La vida es aquello que te pasa mientras estas ocupado haciendo otros planes.” (Lennon)

Todas estas frases y muchísimas más pueden aplicarse a la obra de Buzzati. Los temas que aquí encontrarán han sido tratados, analizados y representados infinidad de veces y en infinidad de formas, no es la originalidad ni tampoco la profundidad lo que hace grande a esta novela. Lo que la hace extraordinaria es la belleza sobria del relato, su aire de leyenda atemporal, la fuerza sutil con la que logra mantenerte absorto y fascinado a pesar de que la anécdota se pueda explicar en una frase.

La anécdota: Drogo ha alcanzado el grado de teniente y empieza su primer servicio en una fortaleza de frontera que vivió tiempos mejores y donde los que permanecen en ella, por decisión propia o no, anhelan un ataque enemigo eternamente esperado en el que puedan demostrar sus dotes y encontrar un sentido a sus vidas.

Los temas: la novela es una sencilla alegoría de la soledad, del paso del tiempo, de la esperanza y, en definitiva, del sentido y el propósito de la vida.

La esperanza, nos viene a decir la novela, nos ayuda a levantarnos cada mañana…

“Era la hora de las esperanzas y él meditaba sobre las heroicas historias que probablemente no se harían realidad nunca, pero que, aun así, servían para alentar la vida.”

… y, sin embargo, puede constituir una trágica trampa en la que el posible gozo futuro, siempre por vernir, se antepone al modesto disfrute presente, que así pronto se convierte en un pasado olvidable, dando como resultado una vida desaprovechada. Como muy bien dice Borges acerca de la obra, muchas veces esperamos multitudes en un desierto que ha estado, está y estará siempre vacío. Una característica humana explotada profusamente y con gran éxito por los altos poderes.

“¿Queda aún mucho? No, basta con atravesar aquel río de allá al fondo, con franquear aquellas verdes colinas. ¿No habremos llegado ya, por casualidad? ¿No son quizá estos árboles, estos prados, esta blanca casa lo que buscábamos? Por unos instantes da la impresión de que sí y uno quisiera detenerse. Después se oye decir que delante es mejor, y se reanuda sin pensar el camino.“

Toda la novela está envuelta en el halo de tristeza que caracteriza la personalidad de Drogo y que se nos revela desde sus sombríos presagios iniciales. Nos compadecemos de su soledad, de su inocencia ante el mundo y los que lo habitan, por su apatía, por su renuncia, por la fatalidad que le aguarda y puede verse en sus ojos, por la jugada final que le depara el destino, por hacer verdad la dura y pesimista verdad que le comunica su superior: “Después de todo, a uno le toca siempre lo que se merece.”

Al concluir la novela, sentimos algo de consuelo con la, sí, también, triste victoria que consigue Drogo con una sonrisa en los labios.
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HumildeLector
 12 September 2022
Uno sabe que ha tenido en sus manos una obra maestra cuando lo que lee le acompaña durante años en sus pensamientos y reflexiones. Se puede leer El desierto de los tártaros (1940), de Dino Buzzati, en un par de tardes, pero la digestión de este libro puede durar toda una vida. Entiéndase esto como un elogio mayúsculo.

Me atrevo a decir que son muy pocos lectores que no se sientan identificados en algún momento con el protagonista, el teniente Giovanni Drogo, en su fallida búsqueda de la gloria. Muy pocos los que no vean reflejados en él sus propias dudas, anhelos y decepciones.

Drogo ha sido destinado a prestar servicio en una fortaleza lejana y olvidada, Fort Bastiani. Este baluarte se alza en las montañas, frente al frío y nebuloso desierto de los tártaros, desde donde se espera que llegue en algún momento la invasión enemiga. Para los oficiales apostados allí, esta es una oportunidad para brillar, para escribir el gran capítulo de sus vidas. Y eso es lo que va a retener allí al joven Drogo, por mucho espanto y rechazo que aquel lugar desolado despierte en él.

Pero la guerra nunca llega. Pasan los años entre el tedio y la vana esperanza, con la mirada siempre fija en el horizonte, tratando de divisar al enemigo invisible. Mientras, la familia, los amigos y los amores de juventud del exterior se desvanecen lentamente. El mundo fuera de las murallas va olvidándose poco a poco de Drogo.

El desierto de los tártaros nos ofrece una visión alegórica del paso de la vida, de cómo nuestras ilusiones y nuestros sueños se alejan de nosotros sin que podamos hacer nada. O de como se nos escapan porque no tenemos el coraje ni el acierto de hacer algo para evitarlo. Tempus fugit.

La tragedia de Drogo puede ser también la de cualquiera de nosotros. Como dijo John Lennon: “la vida es eso que pasa mientras estamos haciendo otros planes”. El tiempo pasa y no regresa. Dejamos pasar trenes que ya no volverán. Optamos por la espera, la inacción y la rutina, esperando el advenimiento de ese golpe de suerte, esa recompensa que la vida nos debe y que, por justicia, un día llegará.

Cuando finalmente suena la alarma, Drogo es demasiado viejo, está enfermo y se siente muy solo. Será entonces cuando comprenderá cómo ha desperdiciado su existencia. Sin embargo, en lugar de caer en la desesperación, hallará la paz consigo mismo. Y aquí es cuando el lector inevitablemente se interrogará acerca de su propia vida y tal vez se cuestionará algunas de sus decisiones del pasado.
u
No vale la pena perder el tiempo buscando Fort Bastiani en el mapa, porque no existe. Ni dedicar tiempo a tratar de averiguar en qué época o circunstancias históricas se desarrolla la historia contada en El desierto de los tártaros. Todo esto no es más que un simple decorado. Eso sí, un imponente escenario formado por reductos, escalinatas, pasarelas, cumbres nevadas, estrechas ventanas que se asoman al vacío y extensas soledades.

En cambio, sí vale la pena leer esta maravilla y enfrentarse al espejo que Dino Buzzati puso ante sus lectores, los de entonces y los de ahora. Eso es precisamente lo que pasa con las obras que se alejan de las banalidades y se atreven a abordar los temas eternos. Lectura cinco estrellas.

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Kansas
 23 October 2022
"¿Dónde había visto ya Drogo aquel mundo? ¿Lo había vivido quizá en sueños o lo había construido al leer alguna fábula?"

Hacia mucho que quería leer esta novela, y sin embargo, como otras veces me ha pasado, me echaba para atrás el hecho de que había visto su adaptación al cine, una película espléndida, dirigida por Valerio Zurlini en 1976. Pensaba yo erróneamente que conocer la historia no me haría disfrutar de la novela con la consiguiente ausencia del factor sorpresa, y una vez más me doy cuenta de lo equivocada que estaba. Es cierto que su adaptación es una película casi de culto pero así y todo es prácticamente imposible transmitir los matices, los recovecos del texto, como en este caso, magnificamente planteados por Dino Buzzati, y a menos que la película hubiera sido una adaptación libre, es muy dificil que la angustia kafkiana que va engullendo a lo largo de su vida al protagonista, Giovanni Drogo, se pueda transmitir tan a flor de piel como lo consigue la novela, que en mi opinión no consigue la película, y me doy cuenta ahora, después de salir impresionada por la novela.

"La amargura de dejar por primera vez la vieja casa, donde había nacido a las esperanzas, los temores que entraña todo cambio, la emoción de despedirse de su madre, llenaban su ánimo, sí, pero sobre todo eso pesaba una insistente idea, que no conseguía identificar, como un vago presentimiento de cosas fatales, como si estuviera a punto de iniciar un viaje sin retorno."

El desierto de los tártaros” se publicó originalmente en 1940 aunque Dino Buzzati contó en una entrevista que comenzó la novela entre 1933 y 1938 durante los años en los que trabajó en la redacción del Corriere della Sera. Trabajaba durante las noches, en turnos de guardia en los que pasaban los meses y los años y nada nunca cambiaba; encasillado en la rutina se le ocurrió la idea de esta historia usando como trasfondo la sinrazón del mundo militar y tiene todo el sentido del mundo porque en aquel momento la única forma que se le ocurrió a Dino Buzzati de liberarse de las ataduras de esta rutina fue dando vida a Giovanni Drogo, personajazo donde los haya, de esos que se quedarán ya grabados en la memoria.

"Ayer y anteayer eran iguales, no habría ya sabido distinguirlos; un hecho de tres días antes o de veinte acababa pareciéndole igualmente lejano. Así se desarrollaba, sin saberlo él, la huida del tiempo."

El argumento básico gira en torno a Giovanni Drogo, joven y entusiasta teniente que recibe su primer destino en el lejano Fuerte Bastiani, un puesto en la frontera al que se llegará cruzando un terreno montañoso hasta llegar a un desierto vacío donde no hay absolutamente nada, solo el Fuerte, un desierto al que llaman la estepa tártara, porque según la leyenda los tártaros vivieron alguna vez al otro lado del inmenso desierto. El Fuerte Bastiani es un lugar en medio de ninguna parte donde hace siglos que no se ha visto a ningún enemigo por muy misterioso que suene ese enemigo tártaro. Los oficiales de ese fuerte pasan el tiempo esperando que aparezca ese enemigo que es la única justificación para estar apostados en ese fuerte, esperando una gloria que nunca llega. Este destino de Drogo será su primera oportunidad para ver mundo, su primer paso hacia la independencia, pero cuando llega a esa tierra yerma se dará de bruces con la realidad: el sueño de avanzar en su carrera, de socializar y de progresar parece casi imposible de conseguir en aquel lugar inhóspito. Aunque su primera intención es permanecer allí solo unos meses y luego solicitar el traslado, en aquel destino la antigüedad se duplica, y un periodo de servicio de dos años contarán como cuatro, así que Drogo asume el quedarse esos dos años, únicamente.

“La existencia de Drogo, en cambio, estaba como detenida. La misma jornada, con idénticas cosas, se había repetido centenares de veces sin dar un solo paso adelante. El rio del tiempo pasaba sobre la Fortaleza, agrietaba las murallas, arrastraba hacia abajo el polvo y fragmentos de piedra, limaba los peldaños y las cadenas, pero sobre Drogo pasaba en vano; aún no había conseguido engancharlo en su huida.”

A partir del momento en que Drogo en ese primer intento de huida, decide quedarse, reconozco que la novela se convierte en una obra que me ha impactado fuertemente porque a través de unas pocas páginas que relatan casi toda la vida de Giovanni Drogo, le vemos pasar por todos las fases por las que podría pasar un ser humano, el entusiasmo juvenil y las ilusiones de una vida que él se imaginaba plena se van replegando y convirtiendo poco a poco en desesperanza, una desilusión casi crónica por los sinsabores de los sueños sin realizar: es la vida misma lo que se va desplegando a su paso. La vida de aislamiento en aquel fuerte militar, alejados de cualquier ciudad, esperando la gloria que nunca llega, a medida que pasan los días, los meses, y los años, olvidados por los mandos, esperando una acción que nunca se produce, convierten esta novela en un relato sobrecogedor y aterrador sobre la soledad. Buzzati logra transmitir, casi como nadie, ese concepto de la soledad que lleva el ser humano incrustado en su esencia:

"Creemos que a nuestro alrededor hay criaturas semejantes a nosotros y en cambio no hay sino hielo, piedras que hablan una lengua extranjera; estamos a punto de saludar a un amigo, pero el brazo vuelve a caer inerte, la sonrisa se apaga, porque advertimos que estamos completamente solos."

Durante esta novela apenas habrá momentos de acción solo momentos de espera, pero sí que hay algunas escenas soberbias que magnfiican el estado de soledad y de aislamiento y de hasta qué punto el ser humano se apoya en ilusiones creadas por su mente para mantener una esperanza a lo largo de meses y de años, una esperanza que Buzzati usará magnificamente para crear esa acción dosificando el suspense a través de una prosa nítida y transparente. Y por otra parte, hay una escena magistral durante la novela que transcurre durante casi el único momento de permiso de Drogo que después de cuatro años vuelve a su hogar a visitar a su madre, a sus amigos e incluso a una novia que se quedó esperando durante ausencia. El único momento en el que Drogo sale de esa estepa tártara y lo que debería haberle supuesto una liberación, resulta todo lo contrario:

“Extranjero, vagó por la ciudad en busca de viejos amigos… Por mucho que lo intentase (aunque quizá ya no era capaz, no conseguía que renacieran las charlas de antaño, las bromas, los modismos. Vagaba por la ciudad en busca de viejos amigos, y habían sido muchos, pero acababa encontrándose solo en una acera, con muchas horas vacías ante sí antes de que cayera la noche.
[…]
Era el mismo de antes, creía, quizá algo más ancho de hombros y tostado por el sol de la Fortaleza. Tampoco ella había cambiado. Pero algo se había interpuesto entre ellos.
[…]
No, Drogo no la encontraba cambiada, incluso estaba sorprendido de que una muchacha, en cuatro años, no hubiera sufrido alguna visible mudanza. Pero tenía una sensación vaga de desilusión y de frío. No conseguía encontrar el tono de antes, cuando se hablaban como hermanos y podían bromear sobre todo sin herirse. Él mismo, quizá, ya no era el de antes.
[…]
Giovanni miraba la franja de sol sobre la alfombra, pensaba en la Fortaleza, imaginó la nieve que se disolvía, el goteo sobre las terrazas, la pobre primavera de la montaña, que conoce solo pequeñas flores en los prados y perfumes de siega transportados por el viento.”

Durante la novela en ningún momento se especifica dónde y cuándo está ambientada, pero desde el momento en que Drogo llega a ese desierto nos puede parecer que el Fuerte está suspendido en una especie de limbo atemporal, sin fechas o espacio concreto con lo cual Buzzati imprime a su prosa un toque casi sonámbulo como si sus personajes se pasearan como fantasmas a lo largo del fuerte, atmósfera pura y dura. El fuerte podría estar en Italia o en cualquier otro lugar del mundo. Y el hecho de que Buzzati terminara la novela justo en 1938, cuando ya sabemos lo que le esperaba a una Europa a punto de entrar en una pesadilla, nos demuestra que se estaba anticipando al desastre en forma de esta, por momentos, sátira sobre la vida militar que a base de jerarquias, rigidez, burocracia y órdenes inhumanas sacrifican la esencia del ser humano en pos de la gloria militar.

"Ahora sí que entendía en serio qué era la soledad. Nadie entraría a saludarlo durante toda la noche; nadie en toda la Fortaleza pensaba en él, y no solo en la Fortaleza, probablemente tampoco en todo el mundo había un alma que pensase en Drogo; cada uno tiene sus ocupaciones, cada uno apenas se basta a sí mismo..."

En definitiva, una novela impactante sobre las esperanzas frustradas a lo largo de una vida, y sobre todo, una de las más profundas meditaciones sobre la soledad con las que me he topado a lo largo de mi experiencia como lectora. Qué bien evoca Dino Buzzati el aislamiento, el autoengaño de la mente cuando no hay salida a una vida de conformismo, mental: la mente puede ser una prisión casi más que un encierro físico. Una novela para ir descifrando en cada nueva lectura. La sombra de Kafka es muy alargada.

"Poco a poco la confianza se debilitaba. Es difícil creer en algo cuando uno está solo y no puede hablar de ello con nadie.
[...]
...si uno sufre, el dolor es completamente suyo, ningún otro puede tomar para sí ni una mínima parte; si uno sufre, no por eso los otros sienten daño, aunque el amor sea grande, y eso provoca la soledad en la vida."
Enlace: https://kansasbooks.blogspot..
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Edd62
 20 August 2020
El teniente no tiene quien le escriba... ni a quien escribirle. . Pero permanece en su laberinto.
Laberinto que no ha creado, pero se ha encargado de que no lo conduzca a ninguna parte, mas por indolencia que por decisión.
En la novela Giovanni Drogo, no vive una vida, solo la deja discurrir, aunque tal vez escurrir sea mas preciso. Metafóricamente la fortaleza esta mas protegida hacia adentro por las incertidumbres y falta de convicción,que hacia afuera, donde la esperanza puede ser sustituida por la acción. El desierto árido e inacabable poblado de ficticios enemigos constituye algún tipo de oportunidad de cambiar el rumbo, de conseguir algo..lo que sea que dé un sentido al sinsentido que es la simple espera.
El goteo de la cisterna se vuelve tan monótono como la vida alterada por un par de incidentes trágicos que no ocurren al interior de la fortaleza que le toca habitar y defender a Drogo, quien sujeto a una corta espera, ve transcurrir los años y los días.en espera de una ocasión que no llega, pero tampoco se atreve a retroceder.
Y debe conformarse con un solo acto de heroicidad, que no lo arranca de la medianía de su ¿ destino ? . Y que por supuesto no requiere de valor más que para ocultar su cobardía.
Trasladado a cualquier ámbito de la vida, el desierto nos acecha, la. Fortaleza nos espera, y los enemigos...tal vez nunca aparezcan.
El tiempo y el espacio devoran a un ser cargado de una trágica apatía, cercado por una fortaleza y un desierto de los que poco puede esperar. Y sin embargo en quienes deposita toda su esperanza.
Clara influencia para la novela de Coetze de nombre ( esperando a los barbaros )
Por cierto la película retrata perfecto la umbría pesadumbre de la novela .
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Rai
 12 February 2023
¿Habéis leído El proceso de Kafka? En línea con esa creación perfecta llega Buzzatti con El desierto de los tártaros, un libro que te tiene en vilo de principio a fin con una de las tramas más universales del mundo, el tiempo.
Si Kafka te exasperaba con la eterna espera de la resolución de un proceso que depende enteramente del estado, la burocracia y los abogados, es decir que no depende de uno mismo, Buzzatti te exaspera con lo mismo pero distinto, la espera elegida a fin de tener la oportunidad de lograr algo, la promesa eterna de un mejor porvenir aunque no se haga nada al respecto, el deseo de llenarse de títulos y honra si tan solo aconteciera eso que nunca acontece y que no sabes si acontecerá, el paso de la vida a través de tus dedos, sintiendo como se escapa, justificando la fuga con la idea de que vale la pena, por la gloria, el nombre grabado en los anales de la historia, o el reconocimiento de la sociedad.
Así Kafka y Buzzatti escriben de lo mismo, visto desde dos puntos de vista distintos, con comienzos igual de brillantes y finales igual de liberadores logran el mismo efecto con tramas totalmente diferentes. Te agarran el alma y no te la sueltan, puedes demorar mucho para terminar sus libros, pues aunque son cortos, están escritos para demorarse en la lectura, como se diría por estos lares, se sufre, pero se goza. al final de los finales respiras, evalúas tu vida, sigues, igual pero distinta, porque esos libros te marcan.
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Noni
 16 June 2023
Enmarcada en un país ficticio de nombre Bastiani cuya frontera norte guarda una fortaleza solitaria en medio de un desierto y cuya tropa no parece querer permanecer en ella por mucho tiempo, ésta historia es un relato de esperanza en medio de esa nada de la que todo el mundo quiere huir, pero en la que algunos sueñan con combatir frente a un enemigo que nunca llega...o quizá llega demasiado tarde.
El protagonista, Giovanni Drogo, es un joven oficial que desde el momento en que llega a su destino desea encontrarse en otro lugar. Sin embargo, hay un poder embriagador que emana de las rocas, el desierto, las nubes que discurren ajenas a todo y que enmarcadas por las pequeñas ventanas de la fortaleza le llevan a ceder ante la insistencia de su superior que le ve, como tantos otros antes que él, angustiado y decepcionado por un puesto fronterizo tan perdido en la inmensidad, lejos de toda peligrosidad, que resulta inútil.
¿Es miedo lo que siente ante la tentativa de huir? ¿Es el orgullo de saberse útil en una hipotética lucha?
La esperanza consume a unos hombres deseosos de que su sacrificio ante las tediosas rutinas, la absurda y férrea disciplina y la soledad, haga aparecer un buen día a lo lejos un enemigo a batir. Entonces si, todo eso habrá valido la pena. ¿Es por esto por lo que Drago decide permanecer año tras año en la fortaleza? ¿Porqué cada vez que visita su pueblo en un permiso se siente extraño, cómo si nada hubiera cambiado y, en cambio, él ya no fuera el mismo?
Una novela inmensa, cruda, pero a la vez sencilla porque habla de seres humanos y sus miedos a la soledad y a la muerte, y con un final... ¿Merece la pena sacrificar los mejores años de una vida por un sueño que puede no llegar a cumplirse?
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javiertelee
 11 August 2022
Una auténtica metáfora vital sobre el “tempus fugit”. Cómo esperar puede llegar a quitarte día a día año a año …. tu vida . Cómo no resignarte y cómo darte cuenta que valorar el tiempo es más importante de lo que parece . Todos tenemos unos tártaros a los que esperamos…. y nunca llegarán
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YoGarcia
 29 December 2020
ESPERA

Esperaba
esperaba
y todavía
y siempre
esperando,
esperando
con todas las arterias,
con el sacro,
el cansancio,
la esperanza,
la médula;
distendido,
exaltado,
apurando la espera,
por vocación,
por vicio,
sin desmayo,
ni tregua.

¿Para qué extenuarme en alumbrar recuerdos
que son pura ceniza?
Por muy lejos que mire:
la espera ya es conmigo,
y yo estoy con la espera...
escuchando sus ecos,
asomado al paisaje de sus falsas ventanas,
descendiendo sus huecas escaleras de herrumbre,
ante sus chimeneas,
sus muros desolados,
sus rítmicas goteras,
esperando,
esperando,
entregado a esa espera
interminable,
absurda,
voraz,
desesperada.

Sólo yo...
¡Sí!
Yo sólo
sé hasta dónde he esperado,
qué ráfagas de espera arrasaron mis nervios;
con qué ardor,
y qué fiebre
esperé
esperaba,
cada vez con más ansias
de esperar y de espera.

¡Ah! el hartazgo y el hambre de seguir esperando,
de no apartar un gesto de esa espera insaciable,
de vivirla en mis venas,
y respirar en ella la realidad,
el sueño,
el olvido,
el recuerdo;
sin importarme nada,
no saber qué esperaba:
¡siempre haberlo ignorado!;
cada vez más resuelto a prolongar la espera,
y a esperar,
y esperar,
y seguir esperando
con tal de no acercarme
a la aridez inerte,
a la desesperanza
de no esperar ya nada;
de no poder, siquiera,
continuar esperando.
Oliverio Girondo

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Carlos728
 01 February 2021
 

Libro publicado en 1940. Cuenta la historia de Giovanni Drogo y trae reflexiones profundas y hermosas sobre el paso del tiempo y de la lucha en la toma de decisiones y acciones. Habla de la esperanza, de cómo uno puede sacrificar su vida en cambio de una espera. Describe la soledad de quien se ha dejado llevar por obligaciones sin sentido y no ha vivido los momentos sublimes de amistad, amor y complicidad. Un libro hermoso!. Recomiendo la lectura y la reflexión en ella, porque en muchos momentos de nuestra vida somos un pedacito de Giovanni Drogo.
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Xasthurlover
 17 July 2019
Vivir la vida esperando algo que al final jamás se hará realidad.
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