Su pecho era un tambor en el que el mundo marcaba un ritmo; su boca, la música para bailarlo.
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Su pecho era un tambor en el que el mundo marcaba un ritmo; su boca, la música para bailarlo.
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Lo más difícil del mundo es explicarse uno mismo, contar claramente tu historia. Somos criaturas tan complicadas, tengamos serpientes por cabellera o no.
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Gregorio Samsa es un ...