Enseguida se hizo evidente que sólo cuando se encontraba borracha encontraba algo de paz. La ginebra se convirtió en su mejor aliada para olvidar los problemas y para hacerla sentirse más segura. Cuando bebía casi podría decirse que era feliz.
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Enseguida se hizo evidente que sólo cuando se encontraba borracha encontraba algo de paz. La ginebra se convirtió en su mejor aliada para olvidar los problemas y para hacerla sentirse más segura. Cuando bebía casi podría decirse que era feliz.
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Apretaba la navaja con lujuria recordando la sensación de penetrar con ella la carne. Podía sentir cómo se rasgaba la ropa y después la punta del arma abriendo y desgarrando hasta la empuñadura. Una y otra vez. El recuerdo lo estaba excitando. Ahora veía a la zorra con el rostro de su madre. Un rostro muy amado, hasta el día en que supo qué hacía con otros hombres por un miserable trozo de pan.
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Sin perder un instante y utilizando con maestría su hacha, desmembró el cuerpo y arrojó los restos al interior del saco. El torso era demasiado grande y tuvo que cortarlo por el esternón en dos partes. Una vez metidas todas las piezas dentro del saco, lo arrastró por el mojado suelo hasta el borde de la dársena. Diez pasos a su derecha había un montón de piedras, de las que usaban los barcos como lastre cuando tenían que navegar con los depósitos vacíos. Se apresuró a coger varias, las introdujo en el saco junto al cadáver troceado y lo cerró con un bramante. |
¿Qué objetousaron como traslador en el Mundial de Quidditch?