– [...] No hablábamos mucho, es verdad, pero qué importancia tenía eso. Una cosa es estar callado y saberla a ella enfrente, callada, y otra muy distinta muy distinta es estar callado frente a la pared. O frente a su retrato. [P. 24]
|
– [...] No hablábamos mucho, es verdad, pero qué importancia tenía eso. Una cosa es estar callado y saberla a ella enfrente, callada, y otra muy distinta muy distinta es estar callado frente a la pared. O frente a su retrato. [P. 24]
|
"Quand on est mort, c'est tous les jours dimanche" [P.20] Jean Dolent (en Francés en el texto) "Para el que está muerte, todos los días son domingo" |
Siempre quise un altillo, para escaparme. ¿De quién? Nunca lo supe. Francamente, yo quisiera saber si todos están seguros de quién escapan. Nadie lo sabe. Puede ser que lo sepa el ratòn, pero yo creo que un ratòn no es lo que el doctor llama un fugitivo típico. Yo sí lo soy.
|
«Mi odio lo guardo para mí cara, y a veces para Díos» [P.35]
|
“La beso, a ella la beso, y no soy hipócrita. La beso como podría morderla, y a veces la muerdo, o comérmela y masticarla y digerirla. Porque hay una desesperada necesidad, casi diría una obligación, de marcar al otro, a la otra, aunque sea con los dientes, y aunque alguno de estos sea postizo. Dejar una marca propia es cosa de vida o muerte, o de muerte solamente, porque la intención subterránea es pasar la muerte, es seguir existiendo después del fin. Y a esos efectos tanto sirve la existencia de un hijo como la de una cicatriz. Después de todo, también el hijo es una cicatriz. Buena definición para proponer a la Academia. Hijo: cicatriz de amor.”