vuelvo/quiero creer que wstoy volviendo con mi peor y mi mejor historia conozco este camino de memoria pero igual me sorprendo |
vuelvo/quiero creer que wstoy volviendo con mi peor y mi mejor historia conozco este camino de memoria pero igual me sorprendo |
estábamos estamos estaremos juntos a pedazos a ratos a párpados a sueños |
por ejemplo un presidio se llama libertad de modo que si dicen con orgullo aquí el ciudadano vive en libertad significa que tiene diez años de condena |
quien no sabe a esta altura que el dolor es también un ilustre apellido |
y si beso la osadía y el misterio de tus labios no habrá dudas ni resabios te querré más todavía |
y aunque no siempre he entendido mis culpas y mis fracasos en cambio sé que en tus brazos el mundo tiene sentido |
si te quiero es porque sos mi amor mi cómplice y todo y en la calle codo a codo somos mucho más que dos |
tus ojos son mi conjuro contra la mala jornada te quiero por tu mirada que mira y siembra futuro |
Compañera usted sabe que puede contar conmigo no hasta dos o hasta diez sino contar conmigo |
un recuerdo sólidamente fundado fatalmente acaba si no se le renueva es decir es tan frágil que dura para siempre |
“La beso, a ella la beso, y no soy hipócrita. La beso como podría morderla, y a veces la muerdo, o comérmela y masticarla y digerirla. Porque hay una desesperada necesidad, casi diría una obligación, de marcar al otro, a la otra, aunque sea con los dientes, y aunque alguno de estos sea postizo. Dejar una marca propia es cosa de vida o muerte, o de muerte solamente, porque la intención subterránea es pasar la muerte, es seguir existiendo después del fin. Y a esos efectos tanto sirve la existencia de un hijo como la de una cicatriz. Después de todo, también el hijo es una cicatriz. Buena definición para proponer a la Academia. Hijo: cicatriz de amor.”