Fuimos canciones

La primera palabra que me viene a la cabeza cuando pienso en este libro es "diferente". Porque sí, es completamente diferente a lo que esperaba o me había imaginado de él. Quizás por eso me ha gustado tanto. Además, he notado que lo he leído algo más lentamente que los otros de la autora. Con esto no quiero decir que el libro sea aburrido o que me haya costado cogerle el ritmo, para nada, de hecho, he tardado más en leerlo que en lo que tardé con otros libros de la autora que me gustaron bastante menos, a lo que me refiero es que exige que te pares unos segundos más para saborear páginas que cuentan situaciones y descubrimientos importantes, sobre los personajes y sobre la vida en general.
Como siempre que Beta Coqueta escribe una historia, ahondamos en temas reales y polémicos. En primer lugar, tenemos una relación tóxica entre Leo y Macarena. No neguemos lo evidente: es tóxica, básicamente porque lo pasan mal y se hacen daño el uno al otro. Puede parecer un juego, pero conlleva mucho más que eso. Están tan enganchados que no pueden seguir adelantes, siguen obcecados en lo que tuvieron, en pullas constantes, idas de olla, y a la vez no pueden dejar de pensar el uno en el otro. Pero seamos francos, ¿quiénes somos para juzgarlos? Todos tenemos esa piedra con la que no paramos de tropezar, ya sea porque no nos damos cuenta o porque buscamos a la piedra. Conocemos esa famosa frase que dice "tropiezas una y otra vez con la misma piedra hasta que la besas como un adicto". Pues así se resume esto. Todos tenemos esa persona que es nuestra debilidad, que nos hace echar humo por las orejas o decir sí a todo, porque nos tiene en el bote. Así es y así será. Creo que esta vez la autora ha sabido elegir un tema con el que conectar mucho, a mí me ha pasado, ya que, aunque no estemos de acuerdo con algunas acciones de los personajes, los entendemos.

También me ha gustado que se introduzca temática LGTB, no os contaré cómo ni cuándo, pero haré una mención especial al concepto "pansexual". Lo había oído, sin embargo, reconozco que pensaba que era lo mismo que ser bisexual, error en el que cae algún personaje de la novela. Elísabet Benavent nos explica en qué consiste de una manera espléndida, hace que lo entendamos a la perfección y me ha sacado de esa duda que tenía. Básicamente es que el pansexual se enamora de la persona, sin atraerle físicamente ningún hombre ni mujer hasta que lo conoce verdaderamente.
Otra cosa que me ha parecido innovador es que introduzca en la novela a una mujer con poco apetito sexual. En sus obras, y en general en literatura romántica, las mujeres y los hombres son unos dioses en la cama, que parece que nunca se sacian, siempre quieren más. En Adriana, vemos que existen mujeres que no le dan tanta importancia ni se lo pasan tan bien como otros, y no pasa nada. No pasa nada porque cada uno es como es, y punto.
Por último, pero no menos importante, entramos en el tema de las aspiraciones profesionales. Macarena es una gran organizadora y tiene una jefa que es una tirana manipuladora. Me ha gustado que s toque un tema tan actual como el de los influencers, esas personas que tienen muchísimos seguidores y patrocinan marcas. La cosa es que veremos como Macarena ve frustradas sus ilusiones, se encuentra en un trabajo en el que está a disgusta día tras día y también veremos lo que la gente es capaz de hacer por fama y dinero.
Con respecto a los personajes, nuestra protagonista, Macarena, me ha gustado, a pesar de que muchas veces me ha puesto de los nervios. Siento que a veces le gusta complicar las cosas, es un poco exagerada y se comporta de un modo infantil en algunas ocasiones, peeeeero también es divertida, tiene lo que hay que tener para decir las cosas y es un personaje muy real, así que minipunto para ella. de Leo... No sé que pensar. Es que ni me ha gustado ni me ha disgustado. Me ha parecido el típico chulito que da demasiados problemas. En algunas partes me ha encantado (venga ya, lo de las flores fue buenísimo) y en otras me han dado ganas de liquidarlo. Así que no sé, creo que esperaré a conocerlo mejor antes de decir algo más sobre él. Jimena es más bruta que un arado, pero, ¡qué me he reído yo con ella! Abierta, desenfrenada, deslenguada y sin filtro, así es ella. Se me parece mucho a otros personajes creados por la autora en libros anteriores, pero me ha dado igual. Con Jimena te lo pasas bien, tiene ocurrencias en las que se le va la pinza y su historia me ha parecido bonita, a ver cómo sigue. Adriana también es una chica que me ha gustado, porque es una persona que no se acepta y no deja ver quién es en realidad. Es la más seria de las tres, al menos a mí me lo ha parecido (o la más cuerda, depende de cómo lo miréis, aunque también tiene ideas de aúpa jaja), pero me ha gustado por igual porque su tema es bastante profundo y bueno, me ha gustado ir conociéndola poco a poco. Lo siento, pero tengo que mencionar a Raquel. Raquel, tú no me has dicho nada. Eres el típico personaje que sobra, que está incluido para añadir más drama y que en realidad tu función es más bien nula. Además, me hace gracia porque el principio Maca dice que no son amigas, pero que se llevan bien y se saludan, y a lo largo del libro "casualmente" se encuentran cada dos por tres y Raquel la trata como máxima amiga, pero sin hacer nada del otro mundo, ojo.
En fin, como habéis podido ver, Fuimos canciones es un libro que me ha gustado, porque me ha removido por dentro. Me ha hecho sentir con los personajes todos sus problemas y vivencias, ya que es muy fácil conectar con ellos, todo acompañado de momentos que sacan carcajada segura. Espero que Seremos recuerdos sea un merecido desenlace.


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