Esta entrega es la que cierra la trilogía del Cuarto Mono, por lo que se va a dedicar a dar respuesta a las muchísimas preguntas con las que nos quedamos en el libro anterior, “la quinta víctima”. Pero no lo va a hacer de cualquier manera, lo hace de manera vertiginosa. Con un ritmo frenético, las páginas pasan volando y no te da tiempo ni a coger aire porque no paran de pasar cosas en ningún momento. Además, en realidad, durante la mayor parte del libro se abren más incógnitas si cabe, te hace dudar mil veces de todo y cuando crees que has encajado algo, aparece otra circunstancia que te hace replanteártelo de nuevo. Tras una lectura en tensión, al final temes llegar al final de nuevo sin respuesta a muchas incógnitas. Sin embargo, por fin he podido respirar tranquila y rellenar todos los espacios en blanco. Se cierra esta trilogía que he disfrutado bastante. En definitiva, ha sido una buena lectura, muy intensa, con la que no he podido bajar la guardia hasta la ultimísima página. de hecho, me han parecido muy interesantes también las notas del autor del final. |