La sexta trampa

Tercera parte de la trilogía de El cuarto mono y broche final apoteósico. No se podía acabar mejor, con la tensión y la adrenalina a flor de piel para saber cómo acaba la historia de Anson Bishop y el resto de personajes.
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Había dejado pasar bastante tiempo dede que leí La quinta víctima, el segundo libro de la saga, y siempre tenía en mente acabarla pero por unas cosas y otras... Así que a finales del año pasado, durante mis vacaciones, decidí por fin ponerme manos a la obra. Sabía que iba a ser un poco más de lo mismo, es decir, un buen thriller que iba a estar la mar de entretenido, como los dos libros anteriores. Contaba a su favor unos personajes que ya no eran unos desconocidos y muchos enigmas sin resolver. También se sabía que a poco que se pareciese a sus predecesores el enganche estaba asegurado. Tampoco es que diga que los libros de esta saga sean lo más dentro de su género, pero son muy efectivos, aseguran emoción y adicción si logras meterte en la historia, y no se quedan en medias tintas en cuanto a morbo y violencia. Así que cuando me puse a leer La sexta trampa sabía que iba a pasar un buen rato pero sin más.
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¿Y qué pasó? Pues que cuando acabé casi no me quedaban uñas 😂. Enganche nivel máximo. ¿Y porqué si es más de lo mismo? Pues, a mi entender, porque aquí el ritmo es absolutamente endiablado. No acaba de pasar una cosa cuando ya está ocurriendo la siguiente. Todos, y digo todos, los personajes están en el filo, la trama se enreda cada vez más y, aunque se van aclarando algunas cosas, aparecen otras nuevas que van a liarlo todo aún más. El disfrute es enorme y cuando quieres darte cuenta ya lo has acabado y te ha sabido a poco. Enganches como estos muchos más, por favor.