Africas: Historias para el siglo XXI

En Africa(na)s nos enfrentamos a una antología de 11 relatos, algunos de ellos extraídos de ensayos, poesías y fragmentos de novelas, que nos van a ofrecer una imagen actual de la creación literaria en el continente africano. Con esta selección, la editora, Marina M. Mangado, no sólo ha pretendido dar voz a autoras africanas sino que las protagonistas de estos relatos sean también mujeres.

Como cualquier antología de relatos, la calidad narrativa, el interés que nos pueda suscitar, etc. de cada uno de ellos va a diferir significativamente. Sin embargo y sin lugar a dudas, en líneas generales es una obra interesante que nos permite conocer distintas autoras y a partir de estos relatos, profundizar en la obra de aquellas que nos han llamado la atención. En mi caso, he de decir, que me ha sido más fácil entrar en los relatos que en los textos extraídos de obras mayores.

Los textos que más me han gustado han sido:

a) “Matronas” de la puertorriqueña Yolanda Arroyo Pizarro (en este caso una mujer afrodescendiente). En este relato Ndizi nos narra en primera persona el relato de su resistencia contra el poder colonial blanco, su vida, y cómo ha llegado a la celda donde se encuentra esperando su condena.

b)”58 consejos para que tu marido te quiera para siempre” la nigeriana Rafeeat Aliyu nos sumerge en la vida íntima de una pareja recién casada, donde la mujer sospecha que el marido le está siendo infiel, por lo que decide acudir a la hechicería. Impredecible final. La autora se inspiró en un mensaje de WhatsApp que circuló en Nigeria con las normas para las buenas esposa.

He recibido mucho solo con ver cómo vivía y cómo pensaba la gente de mi entorno, pero no me gusta pensar que estas nuevas costumbres son un camino de una sola dirección. Más aún, estoy segura de que no ha sido así y de que mis semillas africanas han hecho su camino aquí. Sólo así me parece aceptable la integración. Agnès Agboton

Con el tiempo, nos olvidamos de que éramos índico-africanas y pasamos a ser simplemente negras de turno. Todo aquello que nos conformaba-nuestros orígenes, nuestra piel o nuestras costumbres-eran infravalorado y, en parte, así lo asumí. [...]nuestras raíces quedaron reservadas a la esfera de lo doméstico. Tania Safura Adam

Estoy integrada, porque mis propios valores, los de mi cultura de nacimiento, pueden ser aceptados y compartidos, pueden ser conocidos, al menos, por la gente a la que amo y por la sociedad en la que vivo. de no ser así, no sería integración sino asimilación. Agnès Agboton

Además, estaba de vuelta en África. Y eso era como miel fresca en la boca: una mezcla de absoluta dulzura y de rudo sabor a humo. Ama Ata Aidoo