—¿Y a qué te dedicas? —Entonces la observó con un interés especial y ella sintió un pequeño torbellino de excitación—. ¿Eres su amante? Por lo visto no sabía tanto sobre sir Beverley a fin de cuentas. —Me dedico a cuidar de sus perros y sus pájaros exóticos. El tipo dejó de fruncir el ceño de golpe. Y apareció un pliegue en sus descuidadas mejillas. El corazón de Ravenna dio un brinco. —Cuidas de sus… —Perros y de sus pájaros exóticos. Doce perros. Dos pájaros. Y un cerdo. |