El buen sexo mañana: Mujer y deseo en la era del consentimiento

"En estos años, se han subrayado dos requisitos para una relación sexual satisfactoria, de calidad: el consentimiento y el autoconocimiento." La cuestión no es baladí, y no es en absoluto sencilla.

La autora de este ensayo, que combina con fortuna una erudición impresionante con, más importante aún, un rigor en el tratamiento de sus fuentes y una muy estimable voluntad de desenmarañar los aspectos implicados y llegar a una conclusión (también) satisfactoria, nos va llevando a través de un método dialéctico de contrastación de los puntos de vista y las conclusiones que de ellos se infieren, a una nueva y radical iluminación de qué es, de verdad, el Deseo y de cómo deberíamos gestionarlo, dirigir nuestras vidas con prudencia y valentía.

Las omnipresentes llamadas al empoderamiento, bienintencionadas y necesarias como son, parecen dejar de lado (al menos si no son acompañadas de una discusión en verdad seria) lo muy humano y sexy que es la inseguridad, la vulnerabilidad, la apertura. Ms. Angel no menosprecia estos muy valorables discursos, tan sólo poner de relieve su insuficiencia y la presión que parecen ejercer sobre nuestra individualidad, a la par que aboga por un hedonismo más inclusivo, que englobe todas y cada una de las felizmente múltiples maneras de vivir.

Es éste un ensayo en el mejor sentido de la palabra: no es divulgativo ni mucho menos, bendita sea, pretende ser "maternalista" y aleccionarnos como si fuésemos bobos (que algo de eso hay, en mi caso) y endilgarnos un par de fáciles consignas para imprimir en nuestra camiseta.

Este ensayo puede que haya sido de mis mejores inversiones de este 2022 por varios motivos:

Primero, por lo directo y claro que es.
Es cierto que empecé hace relativamente poco a leer sobre feminismo con más profundidad, pero es una maravilla que un ensayo no se vaya por las ramas, te meta chapas aleatorias o que realmente no se moje y te ponga lo que puedes leer en los mensajes que vienen en los sobrecillos de azúcar.

Segundo, porque aborda temas
jodidos y que, por desgracia,
hemos vivido muchas mujeres y
podríamos habérnoslo ahorrado.

No sé vosotrxs, pero a mí me toca el churumbel que se den por sentadas cosas que "deberíamos saber" porque supuestamente son lógicas.

Y tercero, hay que leerlo por ti, por mí, por nuestro yo adolescente, por nuestro yo que se lanzó a la vida sin tener ni idea, por esas niñas que no recibieron la adecuada educación sexual, por esas pequeñas mujeres que hemos permitido sexo malo, sexo olvidable y sexo denigrante.

Ojalá mí yo de 18 años hubiera leído este ensayo.

No todo lo malo hay que vivirlo para aprender y me hubiera gustado mucho ahorrarme situaciones jodidas y no permitir conductas nocivas.

Leerlo con mi grupo y en una lectura conjunta ha sido una experiencia tremenda que me encantaría volver a repetir no una, sino mil veces.

Este año me he propuesto adentrarme poco a poco en el mundo del ensayo, un tipo de literatura que me cuesta tanto como me aporta, que me implica esfuerzo pero que acepto gustosa por la gran satisfacción que le aporta a mi ansia cultural, así que cuando me hicieron la propuesta de lectura de esta novela me tiré de cabeza.  Para nada soy entendida del género, esta será una reseña atípica, que no pretende ir más allá de la humilde opinión de una persona no ducha en la materia pero con ganas de saber y aprender.

Partiendo ya de un montaje de cubierta que me parece sublime, este pequeño ensayo de poco más de 100 páginas nos adentra en una lectura feminista potente y de extremada importancia. Conocernos, saber lo que queremos, pero sobre todo percatarnos de en qué hemos estado equivocadas durante tanto tiempo por presión social, es el objetivo fundamental de este texto.

Necesario, ágil de leer, claro y conciso, plantea sus bases a través de un lenguaje cercano, con referencias y datos concretos y documentados. No esperéis que este ensayo nos haga tener una revelación ni nos lleve a la panacea del conocimiento, simplemente nos hará pensar, nos hará preguntarnos a nosotras mismas y nos hará comprender y actuar en consecuencia. Una lectura de la que tampoco os esperéis verdades absolutas, porque como todo en la vida, nada es absolutamente blanco o negro, lo bonito es el gris.

Quizá el único pero que le he encontrado es que rondaba siempre un poco las mismas ideas, siendo redundante por veces y haciendo que alguna parte resultase un poco más tediosa, pero no por ello deja de ser un escrito referente en feminismo, un libro importante y necesario, un libro que hay que leer.

 

El ensayo es una exploración provocadora del deseo, el consentimiento y la sexualidad femenina en la era del #metoo.
El libro es corto, rico en ideas y accesible a pesar de su larga lista de citas y notas a pie de página. Está dividido en cuatro ensayos: 'Sobre el consentimiento', 'Sobre el deseo', 'Sobre la excitación' y 'Sobre la vulnerabilidad', cada uno de los cuales aborda ideas hegemónicas en el pensamiento feminista. [Los dos primeros, mis favoritos]

En mi opinión, el ensayo está limitado por su enfoque en hombres y mujeres cisgénero y heterosexuales. Aunque Angel señala una conciencia de esta limitación al comienzo de su libro, parece una oportunidad perdida para discutir cómo las luchas por la liberación LGBTIQ pueden desempeñar un papel en la remodelación del género y la sexualidad de manera más amplia.

Este ensayo llevaba ya un tiempo en mi estantería (como muchísimos más, será siempre mi gran vicio). Aunque es un genero al que no acudo demasiado, alguna que otra vez me apetece una lectura más reflexiva sobre la vida "real". Y siempre que toquen temas como la identidad en cualquiera de sus vertientes, encontrarán en mí una lectora llena de curiosidad.

Esta vez vamos al feminismo. Y tengo que decir que me he cabreado muchas veces mientras lo leía. Pero no por la autora, sino por todo lo acertado que ponía en relieve.

Aunque me parece que describe muy bien las limitaciones para ser realmente una mujer libre aún hoy en día, le reprocharía un par de detalles. Creo que da muchas vueltas exponiendo el punto de vista de otrxs autorxs y pocas soluciones reales propone. Sobre este último punto, quizás la pueda perdonar por ser todavía difícil encontrar un método que desbanque a tantos actos machistas tan arraigados.

Si el sexo se da en ese momento en el que compartes lo más íntimo de tí, tu yo más profundo, ¿es posible el sexo seguro y placentero, heterosexual, cuando las mujeres y los hombres hemos sido educad@s para comportarnos en diferentes estatus de poder?
¿Es posible el buen sexo cuando ya se llega “a la cama” en situación de desigualdad?
¿Es un consentimiento libre el que da una mujer que está sugestionada, condicionada o coaccionada por lo que se espera de ella?
En una sociedad en la que a diario se agrede sexualmente a mujeres, ¿es seguro expresar abiertamente el deseo sexual o estás provocando una situación que luego no podrás frenar?
Sé libre, expresa tus deseos, vive tu sexualidad a tope.
No seas demasiado explícita o provocadora, podrías cruzarte con un depravado sexual y eres vulnerables ante ellos.
Es un continuo los mensajes contradictorios que recibimos.
El sexo, como muchos otros aspectos de nuestras vidas, no serán plenos, para todas las personas, hasta que no acabemos con los roles de géneros arraigados en nuestra cultura y en nosotras mismas, y que tan difícil es desaprender.
Por eso no nos queda otra que pensar que el buen sexo será mañana….