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Irina Bulgákova y Manuel Ángel Chica Benayas (Traductor)
ISBN : 8419552143
248 páginas
Editorial: Navona Editorial (12/06/2023)

Calificación promedio : 4.21/5 (sobre 21 calificaciones)
Resumen:
"En la pequeña aldea de Maran, enclavada en lo alto de las montañas en un rincón olvidado del Cáucaso, un lugar donde los sueños, las maldiciones y los milagros se toman muy en serio, una comunidad unida discute, cotillea y ríe sin que el paso del tiempo la afecte.En su vida cotidiana ?cosechando, haciendo baklava, limpiando las casas?, los aldeanos se apoyan unos a otros en los buenos y en los malos momentos. Sin embargo, a veces basta una chispa de romance para qu... >Voir plus
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Críticas, Reseñas y Opiniones (16) Ver más Añadir una crítica
Ros
 16 October 2023
Una novela mágica, una fábula exquisita en la que refleja a la perfección la Armenia donde ella misma, la escritora Nariné Abgarian, crecerá. Y nos mostrará un paisaje en peligro de extinción.

Una conmovedora obra donde los habitantes del pueblo llamado Marán, perdido en un rincón del Cáucaso, se hacen presentes y con ellos, así también con las excelentes descripciones de su paisaje y su forma de vivir, iremos de la mano atravesando esta cautivadora historia.

En ella nos acercamos a un mundo sereno, a pesar de sus desgracias, a un mundo en el que descubriremos su gran energía para revelarnos y explorar la vida, la muerte, el amor, la belleza, lo sobrenatural, la magia y las relaciones entre los vecinos y protagonistas que nos acompañarán, permitiéndonos vivir y soñar cada pequeño detalle hasta alcanzar la cima de la amistad verdadera.

Y es que en Marán, vamos a conocer a sus habitantes, toda su vida así como sus maldiciones y los milagros que siempre los rodean y además son tomados muy en serio, porque reflejan su mundo, forman parte de sus vidas, así como también la verdadera amistad y el amor que desprenden.

Es una obra donde la resistencia de un pueblo unido ante las desgracias, marca la enorme diferencia y la distancia del mundo que conocemos, y esto lo hace mucho más atractivo.

Tiene el poder de recordarnos a los que ya no están presentes , las historias de aquellos que desaparecieron, pero que ejercen su influencia, la poderosa memoria con la que se convive en este enigmático pueblo nos acerca más a ellos y nos invita a querer saber, a conocer, a disfrutar de todos y cada uno de los personajes, de los paisajes , de la forma de vida, de las comidas y de los ritos que no cesan. Qué maravilla ha sido dejarme atrapar por todo ello.

En esta obra reside la belleza narrada en los pequeños y fantásticos detalles que nos envuelven en cada línea, en cada paso, en cada suceso, en cada historia, en cada sueño. No hay mejor manera de perderte entre sus palabras y poder disfrutarlas.

Una obra que, dividida en tres partes y un capítulo final absorbente , consigue que no sólo seamos observadores de todo lo que nos relata sino que comprendamos el significado de lo ocurrido.

Título y estructura nos invitan y nos adelantan esa atmósfera tan especial en la que nos sumergiremos con presteza.

Las partes son tituladas del siguiente modo: Primera parte: Para quien vio. Segunda parte: Para quien contó. Tercera parte: para quien escuchó.

Y así ha sido, primero hemos visto, hemos observado, después nos han contado y nos ha captado y por último lo hemos escuchado atentamente y hemos empatizado y comprendido.

Sobre el título, que es precioso y evocador, lo encontramos al final donde persiste la felicidad, la amistad y el amor.
Y en él también hay magia , porque en estas tres manzanas reside su magia, además de ser el nexo que une a cada uno de los personajes:

“Tres manzanas que caerán del cielo a la tierra , tal como dicen las leyendas de Marán: una para quien lo ha de ver, otra para que lo ha de contar y la tercera para quien lo va a escuchar y va creer en el bien.

Ha sido un verdadero placer leer y conocer a todos y cada uno de sus personajes.
Anatolia Sevoiants, con la que se inicia la historia, es uno de ellos con la que viviremos su infancia, que no fue nada feliz, pasaremos por su juventud, igualmente desdichada , un matrimonio infernal, hasta que encuentra su momento de bienestar y es feliz trabajando en la biblioteca municipal, y es una mujer culta y querida por sus vecinos aunque también sabremos de su soledad y sus sufrimientos.

Conoceremos además a Vasili Kudamants , el herrero del pueblo un personaje que nos aporta firmeza pero también mucha soledad, un hombre que tampoco ha sido feliz, su mujer Magtakhiné no estaba bien y su matrimonio fue un desastre hasta que la muerte de su esposa, lo dejó en total soledad. Un hombre que ha tenido muchos problemas severos y ya en su madurez pretende encontrar la tranquilidad merecida.

Y ambos, Anatolia y Vasili, aunque muy diferentes podrán darse la oportunidad de vivir un mundo más feliz ¿ Lo conseguirán? Y aquí comenzará otra de las historias más extraordinarias de la novela.

Y otros personajes también nos acompañarán , como Hovhannés Xalvarants y su esposa Iassaman Xlapkants, una pareja bien avenida que no dudará jamás en ayudar a los demás.

Pero es que todos se apoyan , todos se ayudan, todos se unen tanto en los malos, como en los buenos momentos que les ha tocado vivir. Y así empatizamos con cada uno de los personajes que aparecen en la historia.

Las experiencias son compartidas generosamente, y con ellas, también nosotros podemos acercarnos a las costumbres y a las tradiciones armenias que aquí se nos transmiten de forma excepcional y llenas de lirismo.

Todo el libro está impregnado de lo sobrenatural, de la magia, de los sueños y de lo extraordinario que pueden llegar a ser los habitantes de este pueblo, de Marán, en el que siempre respiramos y saboreamos todos los manjares que nos ofrecen.

También hay plagas, muertes, pobreza, superstición y remedios ancestrales, aunque siempre impregnados de sensibilidad y emoción.

Y si hablamos del estilo, pues sólo puedo decir que es muy preciso, también ágil a pesar de lo descriptivo, y tiene un ritmo que nos atrapa con interesantísimas reflexiones.

A mí me ha gustado mucho, lo he disfrutado y también he soñado.
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Palabradelectora
 25 April 2024
"Y del cielo cayeron tres manzanas" nos traslada a Armenia, concretamente a Marán, una aldea aislada en lo alto de una montaña que, aunque ficticia, desprende muchísima verdad. La aldea de Marán está construida sobre las costumbres, las supersticiones, los sueños y los recuerdos de sus vecinos. Marán es su gente: Anatolia, el centro de la historia, pero también Valinka, Vassili, Magtajiné... un puñado de personajes que calan y te roban un pedazo de corazón.

La historia de Marán también es la historia de la Armenia del s.XX. Los vecinos de Marán se enfrenta a guerras, hambrunas, genocidios e invasiones. La novela muestra con gran delicadeza la resistencia de un pueblo y se convierte en un homenaje para todos aquellos campesinos y campesinas que, a pesar de las calamidades, se resistieron a abandonar sus raices.

"Y del cielo cayeron tres manzanas" es una novela llena de amor en todas sus dimensiones, de amistad y familia. Un cuento sobre el paso del tiempo, sobre los que se van y sobre la huella que dejan en su paso por la vida.

Es un libro ágil con el que es fácil conectar. La novela está llena de momentos terribles, pero Nariné Abgarián logra crear una atmósfera tan luminosa y conmovedora que convierte la novela en algo muy cálido. Y sí, la novela tiene toques de realismo mágico que sirven para hacer la historia mucho más especial.
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Laubythesea
 31 July 2023
En algún lugar de las montañas de Armenia, en un espacio al que es tan complicado llegar que ha quedado prácticamente aislado del resto del mundo, se encuentra la pequeña aldea de Maran.
 
En apenas 250 páginas conoceremos la historia de varias generaciones de los habitantes (imposible no adorarles) de esta localidad ficticia. Aunque en inicio cada 'biografía' parece independiente, poco a poco se van conectando, creando un entramado indisoluble que sostiene el tema principal de la novela: una oda a la comunidad.
 
Una novela pone el foco en lo que realmente importa, el amor. No solo el romántico, ni mucho menos. Ensalza sobre todo la amistad, y eso me ha encantado. También la familia. Y… habla de la memoria, como una de las formas de amor más bonitas.  Una trama que se aleja del mundo actual, para de alguna forma, hacer parar al lector y recordarle que a veces los vacíos se llenan con las cosas más pequeñas: dar un paseo, una charla con tu mejor amiga, salir de la zona de confort, aprender algo nuevo, pedir ayuda o pasar una tarde escuchando los pájaros.
 
Aunque lo hace de forma relativamente sutil, sin ponerle nombre a los sucesos, el telón de fondo y lo que marca la vida de los habitantes de Maran es parte de historia de Armenia del siglo XX (guerras, hambrunas, invasiones…). En definitiva, la novela muestra con una enorme sensibilidad y respeto la resistencia de un pueblo y rinde homenaje a quienes considera héroes y heroínas anónimos, las personas de a pie, los que murieron y los que sobrevivieron, y tuvieron la tarea de seguir adelante, cuidando de la memoria, pero mirando al futuro.
 
‘Y tres manzanas cayeron del cielo' es una novela nostálgica, de ocaso. ¿Estamos ante la última generación de Maran? Sus páginas están llenas de sucesos tristes, pero de alguna forma la autora consigue que sea una novela cálida e incluso optimista. Es algo que trasciende a los toques de humor (que me encantaron), sientes en cada página como esta novela ha sido escrita con amor. 
 
Una de esas historias que se centra en lo pequeño, donde pasa mucho y no pasa nada, el día a día de un pueblo, donde cada jornada es similar a la anterior, excepto en esos momentos donde determinados sucesos lo cambian todo, ¿pero cuántos de esos hay a lo largo de una vida? Por eso… es para deleitarse de la mano de los habitantes de Maran como un chisme como un nuevo amor en la comunidad interesa a todos, al tiempo que sucesos extraños (podemos decir que hay toques de realismo mágico) los aceptan con relativa normalidad.
 
Una novela, una fábula, un cuento sobre el paso del tiempo, la amistad y el amor y la huella que dejamos en quienes nos sobreviven. ¡Preciosa!
 
Ah! El título no cobra sentido hasta la última línea y… me requirió una búsqueda den Google pero cuando lo puedes poner en contexto, ¡brilla!
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JuanjoAranda
 23 August 2023
El 23 de agosto de 1993 me acosté entre unas cuantas de cajas de cartón y un par de maletas que contenían los objetos y ropajes más valiosos de mi familia. Habíamos decidido marcharnos para siempre. Ya he contado en varias ocasiones que crecí en el campo, donde solo unas cuantas casas salpicadas aquí y allá contrastaban con la naturaleza en su estado más puro. Éramos pocos vecinos, pero nos conocíamos todos, nos ayudábamos, nos apoyábamos y remábamos todos en la misma dirección.

Éramos una comunidad bastante pobre que vivía principalmente de la ganadería y la agricultura, o como decían los mayores, de lo daba el campo. Las comunicaciones, eran inexistentes, lo que no podíamos obtener del campo nos llegaba una vez a la semana en un camión de un vendedor ambulante que tenía una tienda en el pueblo más cercano, los conocimientos iban pasando de generación en generación y lo que no podíamos explicar lo convertíamos en mito, leyenda o superstición (para la cual siempre había un contrahechizo de alguna abuela autóctona)

El caso es que empezábamos a estar un poco hartos de nuestra precaria forma de vida. La inundación se llevó dos años atrás todo lo que encontró a su paso, la tierra se estaba volviendo de un marrón oscuro que impedía que creciera nada más que matojos y cardos borriqueros, la plaga de gorgojos se habían adueñado de los patatales, la ola de calor de ese verano había secado los pozos y las albercas… aunque yo creo que el colmo fue el incendio que se estaba comiendo poco a poco la vegetación del monte y avanzaba a paso firme hacia nuestras casas… creo que ahí fue cuando se decidió que abandonábamos el lugar para siempre.

Lo que no sabía nadie es que la mañana del 24 de agosto nos tenía una sorpresa preparada. Esa madrugada mi vecino Tomás se disponía a hacer una jaula con unos cuantos de palos para su pavo real, el único animal que les quedaba con vida. Fue a buscar unas maderas al lecho del arroyo con el hacha en ristre. El problema de Tomás es que se estaba quedando medio cegato y la puntería no era lo suyo, y cuando se disponía a cortar una rama en dos, erró en la maniobra y el hacha se clavó en una manguera que estaba oculta entre la maleza del cauce del arroyo y que conectaba con un miniembalse al pie de la montaña y que se encargaba de abastecer de agua potable a todas las viviendas.
Cuando todos despertamos el arroyo estaba lleno de agua.

El segundo acontecimiento importante del día tuvo lugar cuando todos nos reunimos en las inmediaciones del arroyo para que Tomás nos explicara qué había pasado. Mientras hacia aspavientos, Tomás, que ya sabes que la vista no era su fuerte, se fue a apoyar en el tronco de un almendro seco, pero el tronco quedaba a unos cinco centímetros a la derecha de donde Tomás puso la mano. Por un principio físico simplísimo, al no encontrar resistencia, la mano de Tomás se precipitó al vacío arrastrando todo su cuerpo detrás y como se encontraban al borde del arroyo… tampoco fue tan dramático, porque Tomás realmente necesitaba ese baño. Lastima que nadie llevara un poco de jabón en los bolsillos.

En fin, de esa forma quedó oficialmente inaugurada la primera (y única) piscina municipal de la aldea. Sebastián, otro vecino, intentó ayudar a Tomás a salir del agua. le ofreció su mano desde la orilla, y fue aquí donde aprendimos otro principio básico de la física aplicada al día a día: Sebastián pesaba 55 kilos. Tomás 93. Yo no digo que la intención no fuera buena ehh. Solo digo, que bajar es más fácil que subir y que la gravedad tampoco ayuda en estos casos. Pues nada, Sebastián al agua.
El resto de los chavales lo vimos divertido de lo los saltos al agua y pedimos por favor que si podíamos quedarnos ese día jugando en el arroyo. No nos pudieron decir que no. Bueno, realmente no nos pudieron sacar del arroyo. Éramos más rápidos.

El agua no solo sirvió para que todos (adultos incluidos) nos lo pasáramos pipa. También hizo que armados con cubos, baldes y demás recipientes consiguiéramos transportar agua para apagar el incendio. Suerte que cuando estábamos llegando empezó a llover y nos pudimos dar la vuelta, porque no creo que con ocho cubos de agua hubiéramos hecho mucho. Llovió durante tres días, los campos se regaron, la tierra empezó a volverse cultivable, el pavo real de Tomás cantaba con alegría como si fuera natural de las Islas Canarias y entre todos volvimos a ponerlo todo bonito y habitable.

Luego llegó una familia de alemanes que se enamoró del entorno, crearon una empresa de gestión de alojamientos rurales, se convirtieron en nuestros vecinos y nos llevaron en pos de la prosperidad, pero ese es otro tema.

Haciendo una elipsis enorme, gracias a todo eso nos quedamos en la aldea, estudié, conocí a Tamara, abrimos una librería y hemos tenido la suerte de leer libros tan bonitos como “Y del cielo cayeron tres manzanas”, del que parece que no he hablado nada, pero en realidad no he dejado de hablar. Pero este también es otro tema.

Hay dos cosas realmente importantes en todo lo que te he contado. La primera es que os va a encantar este libro. La segunda… bueno, la segunda la tienes que descubrir tú.

Hay quien vio el suceso que acabo de contar, hay con lo contó y quien en su momento lo escuchó, pero lo curioso es que hoy hace exactamente treinta años que me acosté pensando que me tenía que marchar del lugar donde había crecido y que todo se acababa sin saber que lo mejor estaba por venir. Que disfrutes de este libro.

https://www.lalibreriaambulante.es/es/libro/y-del-cielo-cayeron-tres-manzanas_F050320026
Enlace: https://www.lalibreriaambula..
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Tontoelquenolea
 17 September 2023
Historias de amor en la literatura ha habido muchas, de cualquier tipo, época y condición, pero esta no es una historia de amor.

Las historias de supervivencia en la literatura son infinitas, pero esta no es una historia de supervivencia.

Podemos encontrar millones de libros que rindan homenaje a pueblos y personas, pero esta no es una historia-homenaje.

Porque “Y del cielo cayeron tres manzanas”, de Nariné Abgarián, es todo esto y mucho más. Una historia de amor entre personas que pareciera ya no tienen derecho a experimentarlo, de supervivencia entre climas adversos, guerras y hambrunas, y de homenaje a todas las personas que no aparecen en los libros de historia, condenadas a caer en el olvido por uno u otro motivo.

Si me pidierais definir esta historia con una palabra, diría suave, pues he sentido en todo momento que me deslizaba por la lectura, despacio, cómodamente. A través de una prosa ágil y cómoda, de un estilo sencillo y natural, la autora nos traslada a un lugar remoto y a una época cuanto menos difícil para los habitantes de un pueblo condenado a la extinción, cuyos habitantes han gastado ya más de la mitad de sus días y a quienes no les queda más que resignarse a su destino.

Pero siempre hay una luz, más o menos brillante, que nos deja un resquicio de esperanza para el amor, para sobrevivir, para no caer en el olvido; porque siempre se ha dicho que todo puede ir a peor, pero pocas veces recordamos que también podemos ir a mejor, que la vida a veces tiene ese toque mágico que nos maravilla y nos hace seguir adelante.

Una historia que me ha conmovido y que me ha maravillado, que me ha parecido mágica, aunque ciertamente no he visto tan claramente ese realismo mágico del que hablan muchos de sus lectores, más allá de algunas pinceladas, pero sí que es una historia fuera de lo normal, quizá algo onírica, espiritual en su fondo quizá sin pretender serlo y muy bonita y especial, resumiendo todo esto así, grosso modo.

Lecturas que hacen la vida más bonita, más entrañable, que cogen todas las dificultades y la dureza propia de estar vivo, y la transforman en algo bello.
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Citas y frases (3) Añadir cita
RosRos16 October 2023
Miró largo rato el álbum familiar. Bajo la pobre iluminación de la lámpara de queroseno, los rostros de aquellos parientes perdidos en el Leteo se veían especialmente tristes y pensativos. «Hasta pronto», susurró Anatolia mientras acariciaba cada fotografía con sus dedos encallecidos por el duro trabajo en el campo. «Hasta pronto». A pesar de su estado de preocupación y nerviosismo, se durmió con facilidad y lo hizo hasta la mañana siguiente.
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BookcoffeerelaxBookcoffeerelax02 October 2023
Una persona culta teme destruir un nido vacío, y a una inculta no le importa despachar a un animal inocente solo para probar su fuerza bruta.
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YumybookYumybook13 September 2023
Si Dios quiere castigar a una persona, lo primero que hace es privarla del juicio.
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Video de Nariné Angarián (1) Ver másAñadir vídeo
Vidéo de Nariné Angarián
Marta Nin, traductora al catalán d'El mar terra endins de Nariné Abgarian y también de su anterior libro, I del cel van caure tres pomes. Una autora maravillosa que debemos tener en cuenta.
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