Less está perdido

¿Estados Unidos, cómo va vuestro matrimonio? ¿Cómo va la promesa, sellada hace dos siglos y medio, de ser fieles en la salud y en la enfermedad? Primero trece y luego más y más, hasta los cincuenta que han tomado ya los votos. Como tantos matrimonios, lo sé, este no fue por amor; fue por razones fiscales, pero muy pronto los vínculos económicos se estrecharon y se compartieron deudas y se compraron tierras a medias y se dibujaron horizontes de grandeza y, aún así, hubo enfrentamientos desde el inicio. Viejas rencillas, viejos desencuentros que dolían y siguen doliendo, ¿no es así? ¿Quién traicionó a quién, al final? Sé que tratasteis de sentar la cabeza. No duró, ¿verdad que no? Entonces, ¿cómo os va, Estados Unidos? Soñáis con andar de nuevo por vuestra cuenta otra vez? ¿Con no tener que formar parte de los líos familiares de otros? ¿Con no tener que compartir vuestro dinero? ¿Con no tener que aguantar la afición de los otros por las armas, por los coches o por una dieta u otra? Decídmelo con sinceridad, porque yo me estoy planteando casarme y me digo a mí mismo que, si os funcionó a vosotros, debe poder funcionarle a cualquiera.

Ese hombre desapareció para siempre. Ese hombre no es él

Entendí que la felicidad está al alcance de la mano, pero hay que alargar la mano