Uno siempre cambia al amor de su vida

Vivir en el pasado es científica y espiritualmente inviable. La vida está aquí y ahora.

Lo más difícil es comenzar. Después de que el primer paso se ha dado solo hace falta dejarse llevar por esa fuerza invisible que hala a todos y a todo hacia adelante.

Aurora siempre pensó que podía enamorarse de Joao pero nunca lo logró porque por más que uno quiera, el amor no funciona como un virus. El amor es intransferible, unipersonal. Dos personas nunca pueden sentir el mismo amor aunque se gasten una vida entera intentándolo.

Pero nuestras fracturas siempre sanan. Es quebrarnos lo que nos permite volver a armarnos a nuestro antojo. Son nuestras continuas muertes las que nos permiten reinventarnos. Sacudirnos los miedos o los dolores que tenemos pegados al cuerpo y volver a nacer.

A veces es mejor hacernos amigos de nuestra tristeza que pelear contra ella.

Yo también siento dolor y vacío. Yo también ando con sentimientos fantasma. Con la sensación de una extremidad que ya no tengo pero que sigue ahí.

Imprima en un papel pequeño el mantra "Pronto llegará el día de mi suerte" de Héctor Lavoe, plastifíquelo y guarde lo en su billetera.
Este ritual es una promesa de que todo va a estar bien.

Algunos niveles de rabia en el proceso de sanar un corazón roto son justos y necesarios.
La rabia es buena porque permite expulsar sentimientos reprimidos Insatisfacciones que no sabemos enunciar. Sin embargo, hay una gran distancia entre hacer comentarios pasivo agresivos y secuestrarle el perro a la persona que te rompió el corazón.

La creatividad todo lo puede y debe permear en todos los aspectos de nuestra vida MENOS en este (la autodestrucción).
Voto por ser más honesto con uno mismo y menos creativo a la hora de hacerse daño. Esto, según yo (y probablemente Walter Riso), es uno de los secretos para ser feliz.

Somos capaces de amar gracias a que somos vulnerables. No hay mejor manera de andar por el mundo que con el corazón en la mano.