¡Viva el Mal, viva el Capital!: Los electroduendes

Durante los años que se emitió La bola de Cristal con sus Electroduendes, yo era demasiado pequeña aún, sin embargo -y pese a no recordar exactamente de qué iba- siempre he guardado un recuerdo muy bueno y divertido de esos personajes.

Me he preguntado muchas veces cómo era posible que fuera capaz de divertirme pues, mirando desde el presente, era imposible que entendiera en profundidad los mensajes que nos lanzaban desde la pantalla la Bruja Avería y compañía. Esta pregunta se ha visto respondida al leer este libro que recoge dos prólogos y un epílogo de Santiago Alba Rico, guionista del programa, y varios guiones de este.

Él lo explica mejor que yo, pero un buen resumen puede ser que el programa llegó en un momento crucial en el que varias cosas estaban confluyendo, incluidas las ganas de quitarse de encima los restos de un franquismo y una represión que no estaban tan lejos y la situación política, social y económica del momento.

He leído los guiones (y he revisionado algunos capítulos) intentando compaginar mi visión de adulta y mi conocimiento de “aquella época”, lo que vino después, y mis ojos de niña cuando los vi por primera vez. al final he comprendido por qué me divertía tanto, ¡y es que era muy divertido, aunque no tuviera la capacidad de pillar las indirectas y la mala leche de los guiones! Ahora ya, desde mis ojos de adulta y pillando cada mensaje subliminal (o no tan subliminal), es aún más potente y entiendo también por qué todas las personas adultas de mi casa veían ese programa y se partían de la risa junto a los niños, o incluso generaban debates fuera de nuestras risas a los que no les encontrábamos nosotros tanta miga. Me parece alucinante que fuera emitido durante cuatro años sobre todo por dos razones, y ambas son desde un punto de vista actual: 1º La sobreprotección a la que se somete hoy a las criaturas es incompatible (aunque ni yo ni mis amistades tenemos ningún trauma) y 2º tal y como están las cosas con la libertad de expresión (sirva de ejemplo cualquier condena por cualquier tweet) si el programa se emitiera hoy sería cancelado a la primera de cambio con más de una consecuencia legal para los guionistas y responsables del mismo.

Me ha encantado leerlo, recordar, comprender. Imagino que las de generaciones anteriores a la mía lo leeran de una manera distinta, como también será distinta la visión de generaciones posteriores, pero todas coincidiremos en que Los Electroduendes eran unos analistas perfectos de la situación de ese momento y unos visionarios de lo que venía. Risas y reflexiones garantizadas. Un libro/documento para atesorar como parte de nuestra historia.