Las diabólicas

Ni una sola mancha leonada salpicaba su piel de terciopelo negro, de negrura tan profunda y tan mate que al resbalar por ella la luz ni siquiera la lustraba sino quedaba absorbida

La mujer es el eterno tema de conversación de los hombres, sobre todo en Francia, el país más petulante del orbe

Esas culebras que son las mujeres hacen lo que les viene en gana con sus satánicos cuerpos, siempre que les mueva a ello el menor interés

La mujer, la desconocida, era como una pantera humana, erguida ante la pantera animal a la que eclipsaba

Todo afán desmedido acaba depravándonos

¿Comprendían por fin aquellos ateos que, aunque la Iglesia solo hubiera sido instituida para recoger los corazones con los que ya no se sabe que hacer, ello hubiera representado ya una labor harto hermosa?

Quedóme la convicción de que no podía darse otra mujer como ella; y el pensarlo me infundió en lo sucesivo una gran tranquilidad e indiferencia respecto a todas las mujeres. Gracias a ella me convertí en un canal oficial. Después de aquellas relaciones, me dediqué con ahínco al servicio

Bebía su felicidad en silencio, como los borrachos de verdad, que beben solos

Un soldado puede hacer algo peor que seducir a unas santurronas, y es convertirse él mismo en un beato

Hay pasiones que la imprudencia enciende, y que, de no ser por el peligro que provocan, no existirían