En el lugar donde crecí de pequeño, cerca de mi casa había una casa abandonada. Es la típica casa donde nacen y crecen leyendas de todo tipo acerca de misteriosos habitantes, ruidos extraños procedentes de su interior las noches de luna llena, cortinas que se mueven (esto sí que era desconcertante, porque la casa no tenía cortinas) luces que parpadean… Era la típica casa a la que los valientes se retaban a acercarse al caer la tarde. ¿Os cuento un secreto? Era una casa abandonada en medio del campo. Ni más ni menos. Puedo asegurarlo porque hice una inspección exhaustiva después de saltarme el muro…pero ese ya es otro tema. El caso es que un día, paseando con mi abuelo, pasamos por delante. Yo le pregunté que quien era el dueño, y mi abuelo me respondió que era un señor que se había al río a bañarse una tarde de agosto, se había perdido y no había sabido volver. No sé si fueron mis ganas de aventuras o que conocía el río como la palma de mi mano, pero al día siguiente cogí merienda (podría decir que fue una cesta con un sándwich y un batido de chocolate, que quedaría mucho más bonito en la historia, pero realmente fue un salchichón, media barra de pan y cartón de un litro de zumo… sí, a esa edad de 7 años ya le había cogido el gusto a eso de comer) y me encaminé hacia el río en busca de aquel pobre hombre al que yo me imaginaba como un neandertal peludo que había sobrevivido alimentándose a base de almendras amargas y moras silvestres. Tengo que decirte que después de un par de horas de caminata río abajo (bueno, vale, paré para aligerar peso. Llevaba ya un rato cargando con la merienda y las tripas me recordaban a base de rugido que no tenía porque cargar con cosas que podía llevar cómodamente dentro de mí) el señor seguía sin aparecer. Me dije que avanzaría solo hasta el siguiente recodo del río, porque si no me batía en retirada no me daría tiempo a volver a casa con luz del sol. No le tenía miedo a la oscuridad, pero le tenía mucho al cinturón de mi padre. Y así fue como al atravesar el último zarzal del recodo encontré un lugar mítico conocido como “El Molinillo”. Un lugar que solo existía en las leyendas que se contaban por la zona y donde solo los más mayores juraban haber estado, aunque por supuesto nadie se lo creía. Allí estaban los restos del majestuoso molino hidráulico que daban nombre al lugar. Bueno, eran un montón de pedruscos caídos y maderas podridas, pero a mí me pareció una visión celestial. Me hubiera encantado ver las estrellas desde aquel lugar… pero por supuesto las únicas estrellas que vi fueron las que el cinturón de mi padre tan clarividentemente me invitaron a observar. Y nunca más volví a llegar de noche de una excursión (que él supiera) Pero de esta forma fue como aprendí que las leyendas pueden tener bases muy reales, que no siempre es cierto lo que cuentan y que en el siguiente recodo puedes descubrir algo que te deje con la boca abierta. Supongo que algo así pudo experimentar Conway y sus acompañantes en este libro, cuando un avión los dejó muy cerquita de Shangri-La. Tuvo que pensar: “Madre mía, esto es una leyenda hecha realidad”. Supongo que ese valle también tiene muchas similitudes con el lugar donde crecí, ya que son lugares que solo puedes encontrar si ya has ido con anterioridad (Y hasta así es difícil). La cuestión es que a ellos alguien los estaba esperando y no sabemos si para darle la bienvenida o por motivos más truculentos. Bueno, nosotros sí lo sabemos. Eres tú quien tendrás que embarcarte en esta aventura llena de misterios, secretos y conflictos que harán que este viaje sea extraordinario). Esperamos que disfrutes de esta historia y no te asustes si tus páginas no te permiten marcharte, escapar o alejarte demasiado del libro. Es algo totalmente normal. Pide ayuda a Conway si estás en apuros, si es que aun existe o está por allí y no lo olvides, los Horizontes Perdidos existen solamente para ser encontrados. PD + Spoiler: El dueño de la casa abandonada apareció al poco tiempo en un restaurante de Málaga. No me podía imaginar que el río pudiera llegar tan lejos. Fin del misterio. Os preparamos un vuelo privado a Shangri-La aquí: https://www.lalibreriaambulante.es/es/libro/horizontes-perdidos_BKU0010021 Enlace: https://www.lalibreriaambula.. + Leer más |