El pez sigue flotando

Dolores Medio fue una escritora galardonada con el Premio Nadal en 1952 y con más de una veintena de obras a su espalda. Nacida en Oviedo en 1911, en su momento se consideró una de las máximas representantes de la literatura social de mediados del siglo xx.

En esta novela nos narra unos meses de la vida de los inquilinos de una casa de vecindad en el Madrid de finales de los 50. Un microcosmos al que nos asomaremos desde el alféizar de la ventana de cada vecino y que representa a una España estancada e inmovilizada por el control que el franquismo ejercía.

La verdad es que me ha gustado mucho como está escrito el libro, la autora empleando un léxico sencillo, sin florituras ha sido capaz de dotar de vida al edificio y a sus habitantes. Utiliza a un narrador omnisciente que nos describe cada escena, cada situación. Pero también intercalados en primera persona conoceremos los pensamientos de los personajes los cuales se van colando en la narración entre pequeños paréntesis, haciéndolos así, aún más humanos si cabe. 

La autora, con cada uno de los personajes, nos presenta la ausencia de futuro o la frustración de esa sociedad que ha perdido toda esperanza de mejora. Pero también nos muestra sus deseos y anhelos ocultos, sus inseguridades, contradicciones e ilusiones. Así, capítulo a capítulo, personaje a personaje he llegado hasta el final sin darme cuenta, y es que, me ha encantado  sumergirme en la vida de este edificio, conocer a todos esos vecinos y colarme en sus vidas grises, conocer su soledad, pero sobre todo sus fantasías y esperanzas.

"Ahora el mercero odia su soledad, porque aprendió a soñar y es triste soñar sin tener objeto donde reposar el sueño"


Una novela apenas conocida pero recomendable para conocer aquella sociedad de los años 50. Y gracias a Ester de Amarillo Editora, por recuperar esta joya perdida, pues según he leído, sólo vio la luz una única edición el año de su publicación.
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La primera vez que leí el nombre de Dolores Medio fue aquí, en Babelio, a través de Masa Crítica, y estoy muy agradecida por haber tenido la oportunidad de leer El pez sigue flotando.

Este libro te lleva a la España de los años 50, concretamente a las vidas de unos vecinos que comparten el mismo edificio pero que viven completamente desconectados los unos de los otros... En mayor o menor medida. Te va contando el día a día de cada una de las personas que habitan aquí, conoces sus pensamientos, sus inquietudes, sus aspiraciones y sus mayores miedos. Vives con ellos a veces mirándolos desde una ventana y otras veces dentro de sus propias cabezas.

"Dentro del patio un montón de vidas diferentes, ligadas entre sí por la intimidad forzada de la convivencia"

La verdad es que me ha parecido un libro muy curioso, entretenido y sencillo de leer. Una lectura muy recomendada para desconectar un poquito de la rutina de cada uno para introducirnos en la vida de otros personajes, con los que a veces una llega a simpatizar demasiado a pesar de la distancia a aquella España de los cincuenta. A pesar del paso de los años, las personas no han cambiado tanto (por no decir casi nada) y hasta trasmite un alivio reconfortante durante la lectura.

En definitiva, ¡recomiendo esta lectura!

¡Qué maravilla de libro! Ha sido todo un descubrimiento. Me he sumergido por completo en la vida de este edificio en el que habitan personajes tan humanos. Unos personajes muy bien construidos, con sus problemas, sus aspiraciones y sueños, su soledad... Con una narrativa que te envuelve y te engancha totalmente en esta novela se encuentra un poco de todo y puedes empatizar casi con cualquiera de sus protagonistas.
Me han resultado especialmente tiernas las últimas páginas, si sientes pasión por los gatos entenderás el por qué.
Una novela poco conocida que recomiendo leer sin ninguna duda, de lo mejor que he leído este año.

Me ha encantado cómo se presenta la situación personal de cada vecino, miseria, soltería, abundancia, vejez...son mujeres y hombres luchando por hacerse un hueco en la España franquista, con las heridas de la Guerra bien abiertas y visibles. La autora consigue llevarnos a aquella época y ponernos en la piel de sus personajes. Una maravilla.