El pez sigue flotando de Dolores Medio
Aunque Gina siente deseo de volcar sus confidencias sobre el buen amigo y tal vez compensarle de su decepción, con el espectáculo de su pequeña miseria, comprende que no debe hacerlo, que son cosas demasiado íntimas para que un extraño pose sobre ellas sus ojos indiferentes.
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