Ensayo historiográfico que define a Ávila como una capital de provincias castellana moderna, pero "mortalmente aburrida". Ilustre gracias a sus casonas y sus palacios de nobles dispersados por la retícula de la ciudad medieval, Ávila destaca por la memoria de sus personajes históricos, los numerosos conventos, su carácter oriental hasta el punto de parecerse en cierto modo a Constantinopla. En este ensayo, Jiménez Lozano no solo traza la historia de la ciudad, sino que recorre leyendas medievales, historias de amores y de místicos, así como de recuerdos de la estancia carmelitana, con santa Teresa de Jesús como protagonista.
|