Planeta

Emma Woodhouse una joven de posición económica acomodada, soberbia y engreída, destaca por su fuerte personalidad. Su pasatiempo consiste en buscar parejas para sus amistades, aunque curiosamente no contempla el matrimonio para sí misma, pues no cree encontrar un hombre "a su altura". Sin embargo, la vida se encargará de demostrarle que está equivocada y que no todo puede controlarse según su voluntad.

Comencé este libro con gran entusiasmo, ansiosa por sumergirme en su historia y disfrutar de cada página, lo cierto es que fue una lectura con altibajos.

La trama no logró capturarme; era una narrativa carente de sustancia, que me aburría y me inducía al sueño. Los párrafos en su mayoría excesivamente largos, plagados de palabrería innecesaria.

Lo abordé con todo el ánimo posible, pero no llegó a atraparme, disfruté de la historia solo por momentos.

Descubrí y leí esta novela tras haber leído El tatuador de Auschwitz, obra de la misma autora. Sobra decir que, si decidí seguir leyendo a la autora fue por lo que me gustó su novela previa.



En esta novela nos encontramos con la historia de Cilka, uno de los personajes de su novela anterior. En ella encontramos ciertas analepsis que nos retrotraen a la historia y, por ende, a la parte de la vida que Cilka vivió en Auschwitz. En cambio, en este caso la historia se desarrolla en Birkenau. En uno y otro lugar, las condiciones de vida para los prisioneros son durísimas y la muerte se concibe como algo habitual, careciendo la vida del más mínimo valor. Si algo hay que destacar son las condiciones de vida de las mujeres, quienes son violadas habitualmente y tratadas como meros objetos.



Me ha gustado mucho el personaje de Cilka, una mujer fuerte y valiente, capaz de sobrevivir ante tanta muerte y de luchar para salir adelante a pesar de tenerlo todo en contra.



Esta historia es un canto a la amistad y al amor que supera las condiciones adversas.



Una novela muy recomendable para quienes disfruten leyendo historias ambientadas en la Segunda Guerra Mundial.

Sexta entrega de la serie protagonizada por Franck Sharko y lo primero que voy a resaltar es que si bien, en los libros anteriores el personaje principal llevaba el mayor peso en las investigaciones, siempre contaba con otros personajes (Como Lucie Hennebelle por ejemplo) que ayudaban en la resolución.

Pero en esta ocasión, siento que estamos realmente ante una investigación llevada en equipo (En todo el sentido de la palabra) no solo porque acompañamos a más de un personaje mientras va buscando pistas, recabando datos y metiéndose en aprietos para hallar soluciones, sino porque siento que el autor reparte muy bien todas las emociones a través del caso que estamos tratando, llegando a sentir verdadera empatía por cada uno mientras su desesperación por encontrar las respuestas se vuelve más acuciante.

Cómo ya es costumbre de Thilliez, estamos ante una novela de ritmo ágil, que no da tregua y resulta sumamente atrapante. Hay un personaje que en este libro ha cobrado más relevancia y espero que la siga teniendo en los siguientes libros, además de otro que conocemos recién aquí, y me ha encantado, así que espero volver a encontrarlo en otra ocasión.

Sin duda alguna, recomendado 😉

Eso sí, es mucho mejor para comprender asuntos personales y algunos más de índole algo profesional, leer esta serie en orden.