El último encuentro de Sándor Márai
Mi patria era un sentimiento. Ese sentimiento resultó herido. En momentos así, hay que partir.
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El último encuentro de Sándor Márai
Mi patria era un sentimiento. Ese sentimiento resultó herido. En momentos así, hay que partir.
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El último encuentro de Sándor Márai
Es como si mi vida no me perteneciese. Cuando me pongo enfermo, me asusto, como si estuviera gastando algo que no es mío, como si mi salud no fuera mía.
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El último encuentro de Sándor Márai
Su educación [...] le prohibía hablar de lo que le dolía, y le obligaba a soportarlo todo sin quejarse. Lo mejor es no hablar de nada, eso es lo que le habían enseñado. Sin embargo, no podía vivir sin ser amado: ésta también era su herencia.
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El último encuentro de Sándor Márai
La amistad entre los dos muchachos era tan seria y tan callada como cualquier sentimiento importante que dura toda una vida. Y como todos los sentimientos grandiosos, también contenía elementos de pudor y de culpa. Uno no puede apropiarse de una persona y alejarla de todos los demás sin tener remordimiento.
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El último encuentro de Sándor Márai
La primera palabra íntima que le dijo a aquella joven fue el nombre de su patria.
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La mujer justa de Sándor Márai
Sólo obtienes algo de los libros si eres capaz de poner algo tuyo en lo que estás leyendo.Quiero decir que sólo si te aproximas al libro con el ánimo dispuesto a herir y ser herido en el duelo de la lectura,a polemizar,a convencer y ser convencido,y luego una vez enriquecido con lo que has aprendido,a emplearlo en construir algo en la vida o en el trabajo.
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El último encuentro de Sándor Márai
Hace falta mucho valor para dejarse amar sin reservas.Un valor que es casi heroísmo.La mayoría de la gente no puede dar,ni recibir amor porque es cobarde y orgullosa,porque tiene miedo al fracaso.Le da verguenza entregarse a otra persona y más aún rendirse a ella porque teme que descubra su secreto...el más triste secreto de cada ser humano.Que necesita mucha ternura;que no puede vivir sin amor!!.
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La mujer justa de Sándor Márai
La literatura trata el tema de la riqueza como si fuera una especie de confabulación. Y lo es, en el sentido más profundo de la palabra… Pero lo que cuenta de verdad, tanto en la riqueza como en la pobreza, es la relación que cada uno tiene con el dinero, el oportunismo o el heroísmo de los individuos respecto al dinero; es decir, no hablo del Dinero con mayúsculas sino de las sumas concretas que se manejan por la mañana, por la tarde o por la noche. Mi padre era rico; por lo tanto, respetaba el dinero.
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La mujer justa de Sándor Márai
No saben que, a veces, vivir con calma es sólo cuestión de paciencia, porque la armonía que buscan con tanta ansiedad —y que erróneamente llaman felicidad— deriva de unos pocos y sencillos trucos…
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La mujer justa de Sándor Márai
No creo en los donjuanes, creo que no es lícito vivir con varias mujeres a la vez. Habría que hacer de un único cuerpo el instrumento del que extraer todas las melodías.
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La mujer justa de Sándor Márai
La autocompasión, las mentiras sentimentales y las complicaciones artificiosas son, en su mayoría, consecuencia de las enseñanzas de la mala literatura, mejor dicho, de la literatura simplemente deshonesta.
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La mujer justa de Sándor Márai
Lo único seguro son los hechos, la realidad… Todas nuestras explicaciones de los acontecimientos están viciadas por un irremediable halo literario.
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El último encuentro de Sándor Márai
La búsqueda de la verdad como fuerza liberadora,como soporte ético imprescindible para sobrellevar el peso de la vida!!. Magistral!.
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El último encuentro de Sándor Márai
Pero en el fondo de tu alma habitaba una emoción convulsa, un deseo constante, el deseo de ser diferente de lo que eras. Es la mayor tragedia con que el destino puede castigar a una persona. El deseo de ser diferentes de quienes somos: no puede latir otro deseo más doloroso en el corazón humano.
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El último encuentro de Sándor Márai
Me odiabas y tu odio era un lazo tan fuerte como si me hubieses amado.
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El último encuentro de Sándor Márai
Es como si tuvieras en tu casa un animal, una asesina, una sacerdotisa, una curandera y una loca en la misma persona.
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La edad de la inocencia