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El fantasma y la señora Muir de R. A. Dick
No sirve un carajo intentar enseñarle algo a alguien cuando se niega a reconocer que tiene algo qué aprender .
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El fantasma y la señora Muir de R. A. Dick
No sirve un carajo intentar enseñarle algo a alguien cuando se niega a reconocer que tiene algo qué aprender .
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El fantasma y la señora Muir de R. A. Dick
Los padres siempre presumen de que no hay nada que no sepan de sus hijos, pero yo más bien diría que es al revés, porque la mayoría de los niños son muy observadores y sus hogares constituyen prácticamente la totalidad de su mundo.
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El fantasma y la señora Muir de R. A. Dick
—… Supongo que ser honesto da sus frutos; me refiero a que si hubiese intentado imponerle la casa a toda costa usted no se habría interesado por ella, la naturaleza humana es así.
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El fantasma y la señora Muir de R. A. Dick
Él podía captar y comprender el punto de vista de cualquiera y sacarle partido. Y ser bueno o malo no siempre significa contar con espiritualidad o carecer de ella, esa es otra diferencia inventada por el hombre; algunos de los peores hombres según los parámetros terrenales poseen una mente y unos sentimientos de lo más nobles, pero se internan en la niebla, quizá al principio de sus vidas, y ya nunca pueden aprender a navegar en línea recta. Y le diré algo más; son los santos y los pecadores los que más cerca están de lo que verdaderamente importa, y no los que no son ni una cosa ni la otra, con sus pecados negativos de rencor, malicia y mezquindad.
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El fantasma y la señora Muir de R. A. Dick
-Me resulta tan absurdo que pueda estar discutiendo sobre una nariz enrojecida con un fantasma -dijo Lucy-. Ni que fuese esto una obra de un teatro de variedades, es decir... Antes de cenar me daba usted terror, casi me muero de miedo. -Siempre nos asusta lo desconocido. |
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El fantasma y la señora Muir de R. A. Dick
Debo de ser muy egoísta, pensó, porque no quiero enderezar nada ni tampoco a nadie; lo único que deseo es que me dejen en paz para lidiar como pueda con este problema que llaman vida.
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El fantasma y la señora Muir de R. A. Dick
Lo suyo es amor, no un sentimiento romántico, y el amor verdadero no es ciego, lo ve todo y es infinitamente indulgente.
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El fantasma y la señora Muir de R. A. Dick
no se obsesione con dónde acabará al final del viaje, porque esa es una manera infalible de estrellarse contra las rocas que tiene delante de la nariz.
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El fantasma y la señora Muir de R. A. Dick
Uno tiene que ser capitán de sí mismo antes de ser capitán de mar.
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El fantasma y la señora Muir de R. A. Dick
Si uno le concede al destino una oportunidad, este siempre hallará el camino por sí mismo, pero los hombres son tan necios, dando vueltas y más vueltas con los ojos cerrados, interfiriendo los unos con los otros, destrozándolo todo por su propia y ciega estupidez, y entonces, cuando se encuentran perdidos sin remedio, se sientan y maldicen a Dios por no responder a sus plegarias, obviando que jamás se pararon a escuchar."
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El fantasma y la señora Muir de R. A. Dick
No pienso permitir que conviertan mi magnífico dormitorio en un perfumado tocador lleno de fruslerías y baratijas.
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R. A. Dick
« (...) Con frecuencia, uno alcanza la madurez por medio del naufragio y los desastres, y es en el ojo de la tormenta donde algunos hombres descubren a Dios (...) » |
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R. A. Dick
« (...) Con frecuencia, uno alcanza la madurez por medio del naufragio y los desastres, y es en el ojo de la tormenta donde algunos hombres descubren a Dios (...) » |
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R. A. Dick
« (...) Pero no se obsesione con dónde acabará al fin el viaje, porque esa es una manera infalible de estrellarse contra las rocas que tiene delante de las narices (...) » |
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El fantasma y la señora Muir de R. A. Dick
« Ya estaba ahí de nuevo, pensó Lucy, aquella obsesión de los Muir con sus “mi... mi... mi”, tratando de encajar a la fuerza al mundo y a todos sus pobladores en su propio esquemas, como si les hubiese sido concedido el copyright de vivir por Dios en persona »
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El fantasma y la señora Muir de R. A. Dick
—Que es la forma correcta de vivir —dijo el capitán Gregg tras una larga pausa—. Si uno le concede al destino una oportunidad, este siempre hallará el camino por sí mismo, pero los hombres son tan necios, dando vueltas y más vueltas con los ojos cerrados, interfiriendo los unos con los otros, destrozándolo todo por su propia y ciega estupidez, y entonces, cuando se encuentran perdidos sin remedio, se sientan y maldicen a Dios por no responder a sus plegarias, obviando que jamás se pararon a escuchar.
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El fantasma y la señora Muir de R. A. Dick
Es toda la belleza, la serenidad y la nobleza que haya podido experimentar en la Tierra. Es el conjunto de los más altos y generosos sentimientos que uno ha tenido, y de los atardeceres más hermosos y de la música más maravillosa; y con eso, uno solo se acerca a comprenderlo.
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El fantasma y la señora Muir de R. A. Dick
Reinaba el silencio en la habitación. Solo el reloj seguía marcando los implacables y mecánicos minutos que los hombres han forjado para medir el paso de la felicidad y los pesares de su vida terrenal.
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El fantasma y la señora Muir de R. A. Dick
algunos de los peores hombres según los parámetros terrenales poseen una mente y unos sentimientos de lo más nobles, pero se internan en la niebla, quizá al principio de sus vidas, y ya nunca pueden aprender a navegar en línea recta. Y le diré algo más; son los santos y los pecadores los que más cerca están de lo que verdaderamente importa, y no los que no son ni una cosa ni la otra, con sus pecados negativos de rencor, malicia y mezquindad.
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¿Quién es el autor de "Los funerales de la Mamá Grande"?