El fantasma y la señora Muir de R. A. Dick
Si uno le concede al destino una oportunidad, este siempre hallará el camino por sí mismo, pero los hombres son tan necios, dando vueltas y más vueltas con los ojos cerrados, interfiriendo los unos con los otros, destrozándolo todo por su propia y ciega estupidez, y entonces, cuando se encuentran perdidos sin remedio, se sientan y maldicen a Dios por no responder a sus plegarias, obviando que jamás se pararon a escuchar."
|