Segundo libro de la serie de Lottie Parker, inspectora de policía de una ciudad ficticia del centro de Irlanda. Ante todo, avisar a quién lea este libro sin haber leído el primero, que contiene grandes spoilers del anterior “Los niños desaparecidos”, referidos a la protagonista y su vida personal.
Me ha gustado mucho, ya que conjunta una trama muy intrigante y bien desarrollada con una protagonista muy potente, que intenta conciliar la vida laboral y la familiar, al tiempo que tiene que conseguir superar todos los traumas que arrastra, tanto ella como el resto de su familia.
La narración, siempre en tercera persona por parte de un narrador, alterna el momento actual con acontecimientos de la guerra de los Balcanes, en Kosovo, a partir de 1999. Estos últimos hechos, que se van desarrollando a lo largo de varios años, nos van dando pistas sobre la investigación actual: el descubrimiento, por parte de un obrero, de una serie de cuerpos de mujeres jóvenes, inidentificadas y asesinadas. Lottie y su equipo son los encargados del caso.
Como he dicho, Lottie es una protagonista muy trabajada, muy elaborada, a la que conocemos en profundidad, ya que lleva el peso de la historia y alrededor de la cual giran el resto de personajes.
Los personajes secundarios los tenemos en dos grupos: el equipo de policías y la familia de Lottie, todos ellos descritos de una forma adecuada al papel que juegan en el libro.
Tiene un trasfondo social, polémico actualmente, como es el papel que juegan en la sociedad los refugiados, de cualquier etnia, religión o país. A lo largo del libro, se reflejan varias circunstancias de como se intenta resolver este problema, sin olvidar aquellos que se aprovechan de muchas formas de la indefensión de estas personas en una sociedad de la que no conocen sus normas o sus derechos; y que además las rechaza.
Muy recomendable, aunque tiene momentos bastante duros.
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