La letra escarlata de Nathaniel Hawthorne
Especialmente las mujeres venían a la cabaña de Hester a preguntarle por quë eran tan desgraciadas g cual era el remedio
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La letra escarlata de Nathaniel Hawthorne
Especialmente las mujeres venían a la cabaña de Hester a preguntarle por quë eran tan desgraciadas g cual era el remedio
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La letra escarlata de Nathaniel Hawthorne
Sería un curioso tema de investigación y observación el de si, en el fondo, el amor y el odio no son la misma cosa. Ambos hacen que un individuo dependa de otro en lo que se refiere al alimento de su espíritu; ambos dejan, al amante apasionado o, igualmente al que odia con pasión, detalladamente solitario cuando si objeto desaparece
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La letra escarlata de Nathaniel Hawthorne
Mostrad libremente al mundo, si bien no vuestros peores rasgos, por lo menos alguno por el cual se puedan inferir los peores
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La letra escarlata de Nathaniel Hawthorne
La idea de su paso transitorio por este mundo subrayó el efecto que el predicador había producido; era como si un ángel, de paso hacia el cielo, hubiese mostrado sus amas deslumbrantes al pueblo
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La letra escarlata de Nathaniel Hawthorne
Estaba como distante, observando su antiguo ser con una curiosidad desdeñosa, compasiva, pero a la vez con cierta envidia
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La letra escarlata de Nathaniel Hawthorne
No hay hombre que logre presentar un rostro ante sí mismo y otro ante la multitud, durante mucho tiempo, sin que finalmente llegue a dudar de cual es el verdadero
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La letra escarlata de Nathaniel Hawthorne
Como si la triste letra tuviera el poder de marchitarlo todo, su belleza, el calor y la opulencia de su femineidad desaparecieron como la declinante luz del sol y una sombra gris pareció cubrirla
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La letra escarlata de Nathaniel Hawthorne
¿Tanto te han debilitado, que ya no puedes hacer nada, que no tendrás fuerzas siquiera para arrepentirte?
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La letra escarlata de Nathaniel Hawthorne
¡Predica! ¡Escribe! ¡Haz algo! ¡Haz lo que sea, excepto dejarte morir!
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Wakefield de Nathaniel Hawthorne
Si el tiempo aguardase que consumáramos nuestras locuras favoritas, nos mantendríamos jóvenes hasta el día del juicio final.
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La letra escarlata de Nathaniel Hawthorne
Todo el mundo la había mirado severamente: durante siete largos años, está pobre mujer solitaria había sido objeto de las miradas duras y severas de sus semejantes, y siempre soportó todo sin bajar su rostro, firme y triste ... Pero la severidad de este pobre hombre pálido, débil, pecador y agobiado por las penas era lo que Hester no podía soportar sin dejar de vivir
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La letra escarlata de Nathaniel Hawthorne
Si fuera un ateo, un hombre sin conciencia, un desalmado con instintos toscos y brutales, puede que hubiese encontrado la paz hace mucho tiempo
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La letra escarlata de Nathaniel Hawthorne
¡Tiemblen los hombres que conquistan la mano de una mujer, si con ella no conquistan el calor de su corazón!
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La letra escarlata de Nathaniel Hawthorne
¡Ya no hay ninguna posibilidad de paz para él ni para mí ni para ti! ¡No hay paz para la pequeña Pearl! ¡No existe un camino que pueda guiarnos para salir de este funesto laberinto!
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La letra escarlata de Nathaniel Hawthorne
A ti te he dejado la letra escarlata. Si ello no me ha vengado, más no puedo hacer.
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La letra escarlata de Nathaniel Hawthorne
Jamás mortal alguno sufrió lo que este hombre ha sufrido. ¡Y todo el tiempo ante los ojos de su peor enemigo!
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La letra escarlata de Nathaniel Hawthorne
En el rostro de Hester ya no había nada que pudiera inspirar amor; nada en la figura de Hester, aunque estatutaria y majestuosa, que hiciera soñar con un abrazo lleno de pasión
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La letra escarlata de Nathaniel Hawthorne
Se decía, y muchos lo creían, que un indio había disparado una flecha contra la letra, y que aquella, al tocarla, cayó al suelo sin causarle ningún daño
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La letra escarlata de Nathaniel Hawthorne
Yo, que he puesto la mano del bautismo sobre la frente de vuestros hijos; yo, que he murmurando la oración del adiós junto a vuestros amigos moribundos, que escucharon mi amén lejos del mundo que ya habían abandonado; yo, vuestro pastor, que tanta reverencia os inspira y tanta confianza ..., yo soy un inmundo y un mentiroso
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El gran rostro de piedra de Nathaniel Hawthorne
El pensamiento tiene siempre su eficacia y cada incidente sorprendente su moraleja.
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¿Cuál es el órgano que trasplantan a Cora?