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La letra escarlata de Nathaniel Hawthorne
Algún día no muy lejano recordaré quizás algún fragmento y uno que otro párrafo incompleto y los escribiré, y me encontraré con que las letras se convierten en oro sobre la página
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Calificación promedio: 5 (sobre 64 calificaciones)
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La letra escarlata de Nathaniel Hawthorne
Algún día no muy lejano recordaré quizás algún fragmento y uno que otro párrafo incompleto y los escribiré, y me encontraré con que las letras se convierten en oro sobre la página
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La letra escarlata de Nathaniel Hawthorne
Me pareció que experimentaba una sensación no enteramente física pero casi, como de un calor abrasador, como si la letra no fuera de tela roja sino de hierro rojo y candente. Me estremecí
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Wakefield de Nathaniel Hawthorne
Cualquier acontecimiento sorprendente encierra invariablemente una moraleja.
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La letra escarlata de Nathaniel Hawthorne
En momentos semejantes, con una escena así ante sus ojos, si un hombre sentado allí completamente solo no puede soñar cosas extrañas y hacer que parezcan verdaderas, mejor haría en no tratar nunca de escribir novelas.
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Musgos de una vieja rectoría de Nathaniel Hawthorne
Los enamorados de Georgiana acostumbraban a decir que en el momento de su nacimiento algún hada había puesto su mano diminuta sobre la mejilla de la recién nacida, dejando allí esa huella en señal de los dones mágicos que le daban ese dominio sobre todos los corazones.
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La letra escarlata de Nathaniel Hawthorne
Los atributos de la gracia suelen ser los más evanescentes
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La letra escarlata de Nathaniel Hawthorne
¡Tiemblen los hombres que conquistan la mano de una mujer, si con ella no conquistan el calor de su corazón!
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La letra escarlata de Nathaniel Hawthorne
Había sufrido aquella mañana cuanto es dado soportar a la humana naturaleza, y como su temperamento no era de los que por medio de un desmayo se libran de un padecimiento demasiado intenso, su espíritu podía solamente hallar cierto desahogo bajo la capa de una sensibilidad marmórea, mientras sus fuerzas corporales permanecieran intactas.
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La letra escarlata de Nathaniel Hawthorne
...un pueblo para el cual religión y ley era prácticamente idénticas...
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La hija de Rappaccini de Nathaniel Hawthorne
Giovanni no sabía si Beatriz poseía o no aquel aliento mortífero, aquella afinidad con unas flores muy hermosas y al mismo tiempo fatales que él había creído descubrir, pero lo cierto es que había inoculado un veneno sutil y activo en todo su ser. No era amor, aunque la gran belleza de la joven le trastornaba; ni horror, a pesar de que suponía que su espíritu estaría impregnado del mismo perfume pernicioso que parecía poseer su organismo. Era una mezcla desordenada de ambos sentimientos, de amor y de horror; uno le abrazaba y otro le hacía temblar.
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Barsoom