Mariana de Monica Dickens
En algunos momentos de la vida, cuando el dolor o la incomodidad física son tan grandes que anulan todas las demás sensaciones, uno deja de vivir y solo existe.
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Mariana de Monica Dickens
En algunos momentos de la vida, cuando el dolor o la incomodidad física son tan grandes que anulan todas las demás sensaciones, uno deja de vivir y solo existe.
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Mariana de Monica Dickens
El olor a sábanas limpias le recordó a lo que de niña llamaba el «olor a Charbury». Era lo primero que se percibía al entrar por la puerta principal, una mezcla indefinible de todas las cosas aromáticas de la casa: rosas, humo de leña, suelos encerados, pan y lavanda guardada entre la antigua ropa de cama. Solo se notaba al principio, al llegar de Londres. Unos días después se convertía en parte del propio yo campestre, como las prendas viejas de vestir, los rasguños en las rodillas y despertarse los sábados por el ruido que hacían los jardineros al barrer el camino de grava con escobas de retama
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Mariana de Monica Dickens
¡Por Dios, no te tomes la vida tan en serio, pase lo que pase! Tienes que sacarle el jugo a cada minuto; lo comprenderás cuando seas tan vieja que ya no puedas disfrutarla como ahora.
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Mariana de Monica Dickens
A Mary se le quedó la imagen vívidamente grabada en la memoria. Sabía que Pierre jamás tendría ese aspecto. Esos chicos formaban parte del carácter del jardín, tenían tanto derecho a estar allí como la hierba, las rosas y los macizos de colores de los bordes. Pierre siempre sería una persona en un jardín: un hombre distinto de la naturaleza.
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Mariana de Monica Dickens
Mary oía a menudo la expresión: No soporto estar sola , y nunca llegó a entenderla. Toda su vida había necesitado refugiarse en la soledad de vez en cuando, y ahora más que nunca
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¿Cuál es el órgano que trasplantan a Cora?