Mariana

Esta autora de personalidad inquieta e inconformista, risueña y alegre, bisnieta de Charles Dickens, utiliza siempre algunas pinceladas autobiográficas para construir sus novelas.

Su sentido del humor llena también las páginas de esta obra en la que nos cuenta la vida de Mary, desde su infancia hasta su juventud, en un momento de gran incertidumbre y desesperación cuando de noche escucha por la radio la trágica noticia del hundimiento del buque en el que sirve su marido. Nos encontramos en plena II Guerra Mundial y la oscuridad llena las almas incluso de alguien como Mary.

Entonces, para esperar a que llegue la mañana siguiente, decide refugiarse en el pasado recordando momentos felices. Porque cuando el presente es demasiado insoportable y el futuro totalmente incierto, solo queda agarrarse al pasado y revivir el lugar donde la alegría, el amor y la tranquilidad llenaron los días.

Y esos recuerdos, relatados con gran sencillez y buenos toques de ironía, conforman la totalidad de este libro lleno de ternura, delicadeza y sensibilidad, que no nos cuenta grandes cosas sino solo el transcurrir de la vida. Los veranos al lado de sus abuelos y primos, sus amistades, sus estudios y primeros fracasos con el teatro, sus primeros amores y sus primeras decepciones. Sin grandes reflexiones ni mucha acción, pero con una excelente ambientación para disfrutar de la Inglaterra de inicios del siglo XX y unos personajes muy bien construidos que se hacen querer y se quedan en un rinconcito del corazón para siempre.

Se trata de una novela de crecimiento que nos proporciona agradables momentos llenos de paz, risas e instantes de nostalgia.
Una delicia con la que disfrutar de una lectura relajada, enmarcada por un gran inicio y un acertadísimo final.

¡Qué necesario es a veces dar con historias que te abrazan! Y qué fantástico es cuando llegan en el momento indicado. Hace unas semanas salí muy tocada de la lectura de ‘Una educación', las memorias de una joven criada en una familia de fundamentalistas mormones y, al mismo tiempo, en el plano personal, fueron momentos complicados y de muchos nervios. En esos días, Mary llegó a mi vida como esa amiga que llena de luz cualquier habitación y de risas cada historia.
 
Lo mismo te preguntas, pero ¿quién es Mary? Mary es la protagonista de ‘Mariana', que igual que sus demás novelas, tendrían mucho de la vida de la propia Monica Dickens. La conoceremos en un día lluvioso, cuando ella, que solo quería pasar un día tranquilo leyendo y relajándose, escucha por la radio que el buque donde sirve su marido, ha sido hundido. Debido a la tormenta, está sin línea por lo que se verá obligada a esperar al día siguiente para conocer si su marido ha fallecido o a tenido la suerte de sobrevivir.
 
En el transcurso de esa larga noche (¡cada minuto de espera debió ser como un año entero para Mary!), a nosotros como lectores nos da tiempo a echar la vista atrás y repasar la vida de Mary desde su infancia. Gracias a esto, te das cuenta de que tienes entre las manos una genial novela de crecimiento, no tanto el drama que auguras al inicio. al mismo tiempo, la autora elige muy bien los escenarios de la obra, para valiéndose de ellos, hacer un retrato del momento histórico, ese sol que brilla antes de que lleguen las nubes negras de la guerra.
 
Mary es uno de esos personajes inolvidables, capaz de sacar siempre el lado positivo de las situaciones, de, no sin sufrimiento, saber tirar siempre hacia delante con la cabeza alta, moderna, divertida, cabezota, a veces insegura, a veces celosa, pero siempre sumamente auténtica. Mary, sincera en extremo, con mundo interior, inquietudes, dudas… a quien quise desde la primera línea del libro (“Mary oía a menudo la expresión: “No soporto estar sola”, y nunca llegó a entenderla”).
 
Lo mejor quizá sea que Mary no está sola, siempre estará con ella su familia que cuenta con personajes absolutamente geniales como su tío, un actor de comedias que no quiere casarse, su madre, una mujer luchadora y fuerte pero muy divertida, una abuela a la que querrás abrazar y otra con la que deseas no vértelas jamás…
 
Una historia de crecimiento, de amistad, de amor, de aprendizaje, de pérdida… Cuando lo leí tuve la sensación de que una parte de romance fue un poco precipitada, ahora echo la vista atrás y creo que era yo enfadada porque el libro se me acababa.
 
Sonrisas y lágrimas soy yo leyendo y amando este clásico rescatado por @trotalibros.  

"Mary oía a menudo la expresión: , y nunca llegó a entenderla. Toda su vida había necesitado refugiarse en la soledad de vez en cuando, y ahora más que nunca".
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Encontrarte en el primer párrafo de un libro es algo mágico; sientes que te habla, que está escrito para ti y entablas con él una relación especial, íntima. Eso es justo lo que me ocurrió con "Mariana", nada más empezarlo supe que era para mí y me abracé a la lectura con total tranquilidad.
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El inicio de la trama nos lleva a una noche desapacible de viento y lluvia. Atraída por el calor de la chimenea, Mary Shannon, se abandona a la lectura hasta que es interrumpida por la peor de las noticias. de manera repentina su mundo se viene abajo y conmocionada por el futuro que se avecina, Mary echará la vista atrás para rememorar los días más felices de su infancia y su adolescencia, sus amores y sus primeros pasos por la vida adulta.
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A lo largo de una sola noche Mary nos hace cómplices de sus veranos en la casa familiar, de los juegos infantiles junto a sus primos y de su primer beso. El viaje por sus recuerdos también nos lleva a sus años de colegio, a esa primera ilusión que también fue su primer desengaño, a la vida con su madre y su tío, un actor de vida bohemia, a los momentos en los que se sentía perdida e incomprendida y al día en el que conoció a su marido. En definitiva, a todo lo que la ha convertido en lo que es.
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Esta es una historia de crecimiento, aprendizaje, amor, amistad y pérdida. Una historia capaz de sacar una sonrisa a la vez que te emociona y que no quieres que termine porque no quieres despedirte de Mary. Una Mary a la que es muy difícil no apreciar.
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Monica Dickens nos regala una novela donde los tintes autobiográficos impregnan cada palabra de tierna y delicada nostalgia. Una lectura tan bonita como acogedora. Un remanso de paz para días grises.

«Pero Mariana se equivocaba. Uno no podía morirse. Había que seguir adelante. al nacer se nos confía una individualidad que estamos obligados a conservar. Es un gran tesoro. Las cosas que nos suceden en la vida, por mucho que tengan que ver con otras personas, desarrollan y refuerzan esa individualidad y nos convierten en personas.»

Mariana es una novela de crecimiento. En ella somos testigos del paso de la niñez a la madurez de su protagonista a través de sus experiencias en el instituto, la escuela de teatro y sus relaciones. Mary es un personaje con muchas ganas de vivir y explorar, pero también muestra rebeldía y no se achica ante las injusticias. También es de esas personas que necesitan equivocarse y tropezarse para darse cuenta de las cosas.

Mariana es una novela cuyo principio y final es angustioso, pero a pesar de este toque de drama, es una lectura que te hace inmensamente feliz. del mismo modo, se pueden ver retazos de la vida y personalidad de Monica en su protagonista y eso hace que sea un libro aún más especial y personal.

La escritura de Monica Dickens es pura magia. Escribe tan sumamente bien que el libro se me hizo corto y deseaba tener algo más de ella a mano para poder perderme en su narración. Desde luego, no se puede negar que lo lleva en los genes. Con Mariana me he sentido arropada desde el principio hasta el final y no dudo de que se convertirá en esos libros a los que recurres cuando necesitas algo reconfortante y acogedor.

Mariana de Monica Dickens, biznieta de Charles Dickens, empieza con Mary pendiente de una noticia. Para poder soportar la espera empieza a rememorar momentos felices de su vida. La acompañaremos en sus recuerdos, en sus vivencias, en sus pensamientos y sentimientos. Conoceremos a su familia, sus amigos y conocidos, y los sitios que eran especiales para ella. Es un libro con tintes autobiográficos, irónico y con humor.

Este libro nos recuerda que la esperanza es lo último que se pierde, nos recuerda nuestras propias vidas, nuestras anécdotas, los veranos con la familia, los amigos, el crecimiento, las horas de colegio, de instituto, nuestro primer enamoramiento, el primer corazón roto, el estudiar, el hacer lo que nosotros queremos, las locuras, las fiestas y las amistades. Un libro que lees con una sonrisa y a la vez estás sufriendo un poco por el inicio para ver hacia dónde nos llevará esta historia.

Hay autoras que merecen ser descubiertas y traducidas, para mi, Monica Dickens es uno de estos casos. de su bisabuelo he leído David Copperfield y tengo a medias Grandes esperanzas y es un autor que no me termina de convencer. No sé si fue el momento en el que lo leí o qué.