Obra poética completa de Miguel Hernández de Miguel Hernández
Tengo celos de un muerto, de un vivo, no. Tengo celos de un muerto que nunca te miró. |
Obra poética completa de Miguel Hernández de Miguel Hernández
Tengo celos de un muerto, de un vivo, no. Tengo celos de un muerto que nunca te miró. |
La savia sin otoño. Antología Poética. de Miguel Hernández
Me llamo barro aunque Miguel me llame. Barro es mi profesión y mi destino que mancha con su lengua cuanto lame. |
Miguel Hernández
Es la casa un palomar y la cama un jazminero. Las puertas de par en par y en el fondo el mundo entero. |
Viento del pueblo de Miguel Hernández
Sangre que no se desborda, juventud que no se atreve, ni es sangre, ni es juventud, ni relucen, ni florecen.
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El rayo que no cesa de Miguel Hernández
Como el toro he nacido para el luto y el dolor, como el toro estoy marcado por un hierro infernal en el costado y por varón en la ingle con un fruto. |
El rayo que no cesa de Miguel Hernández
No me conformo, no: me desespero como si fuera un huracán de lava en el presidio de una almendra esclava o en el penal colgante de un jilguero. |
Miguel Hernández
Llegó con tres heridas: la del amor, la de la muerte, la de la vida. Con tres heridas viene: la de la vida, la del amor, la de la muerte. Con tres heridas yo: la de la vida, la de la muerte, la del amor. |
El rayo que no cesa de Miguel Hernández
¿No cesará este rayo que me habita el corazón de exasperadas fieras y de fraguas coléricas y herreras donde el metal más fresco se marchita? |
Miguel Hernández
Tristes guerras si no es amor la empresa. Tristes. Tristes. Tristes armas si no son las palabras. Tristes. Tristes. Tristes hombres si no mueren de amores. Tristes. Tristes.
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Antología poética de Miguel Hernández
Qué poco vale uno ya! Hasta las ratas se suben a ensuciar la azotea de los pensamientos. Esto es lo que hay de nuevo en mi vida: ratas. Ya tengo ratas, piojos, pulgas, chinches, sarna. Este rincón que tengo para vivir será muy pronto un parque zoológico, o mejor dicho, una casa de fieras...
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Miguel Hernández
Aunque el otoño de la historia cubra vuestras tumbas con el aparente polvo del olvido, jamás renunciaremos ni al más viejo de nuestros sueños.
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¿Por que decidió irse al internado Miles?