De Lukov, con amor de Mariana Zapata
Aún nos llevábamos bien y nos importábamos, pero… A veces la vida separa a las personas. No tenía nada que ver con apreciarse menos, simplemente sucedía.
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De Lukov, con amor de Mariana Zapata
Aún nos llevábamos bien y nos importábamos, pero… A veces la vida separa a las personas. No tenía nada que ver con apreciarse menos, simplemente sucedía.
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De Lukov, con amor de Mariana Zapata
Quería tanto a este hombre que perderlo iba a romperme el corazón, frío y muerto, en tantos pedazos que no me quedaría más remedio que meterlos en la misma caja donde guardaba mis sueños y llevarlos conmigo para siempre.
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De Lukov, con amor de Mariana Zapata
«Querer» era una palabra extraña. ¿Qué narices era aquello de «querer»? Todo el mundo tenía su propia opinión sobre lo que significaba; era difícil saber cómo usarla.
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De Lukov, con amor de Mariana Zapata
El corazón me palpitó con fuerza. Otra vez. Y otra más. Ni el mundo se vino abajo ni las piernas me flaquearon, pero aquella sensación que no había dejado de crecer en intensidad a lo largo del día se expandió cada vez más hasta que parecía cubrir cada centímetro de mi persona, por dentro y por fuera.
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De Lukov, con amor de Mariana Zapata
—Si tuviera que elegir a alguien para que me ayudase a enterrar un cadáver, para que cenase conmigo o para ver la tele juntos, serías tú, siempre y en todo momento. El corazón se me ensanchó más y más y más. |
De Lukov, con amor de Mariana Zapata
—Te quiero tantísimo, que si me partiera el tobillo durante un programa, me pondría en pie y lo acabaría para conseguirte lo que siempre has deseado. Era amor. Lo único que sentía era amor. Iba a llorar. Iba a ponerme a llorar como una gilipollas. Allí mismo. |
De Lukov, con amor de Mariana Zapata
Que no eres la única a quien le han dicho que sus sueños no valen nada, pero la diferencia es que tú nunca has permitido que nadie te convenza de ello. No has dejado que nadie te obligue a hacer algo que no querías (...)
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De Lukov, con amor de Mariana Zapata
No me tocó. No le hacía falta. Sabía que estaba ahí y él sabía que lo sabía. Esa era la cuestión: nos entendíamos. Conocíamos el alcance y la profundidad de nuestra confianza y nuestra lealtad. Y eso significaba mucho más de lo que jamás transmitirían unas palabras vacías.
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De Lukov, con amor de Mariana Zapata
Lo quería. No tenía la más remota idea de qué diantres había sucedido ni cómo, pero en ese momento lo quería tanto que podría haberme explotado el corazón.
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De Lukov, con amor de Mariana Zapata
El problema de detestar las mentiras era que, cuando querías decir una, dolía como un demonio cogerla, sostenerla entre las manos y decidir qué hacer con ella…, a sabiendas de que en cualquier caso iba a hacer daño.
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De Lukov, con amor de Mariana Zapata
—Te quiero tanto que me paso el día contigo y aún me parece insuficiente.
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De Lukov, con amor de Mariana Zapata
—Los dos sabemos que me quieres. Quise negarlo. De verdad que sí. Sobre todo porque odiaba que sonase tan petulante. Pero los dos sabríamos que mentía. |
De Lukov, con amor de Mariana Zapata
Y ese…, ese algo que sabía que era amor se fue hinchando como una burbuja en mi interior, y supe que era una idea estúpida. Supe que tenía que callarme la bocaza. Pero al mirar aquellos ojos preciosos y al agarrar aquella mano que sabía que me había sostenido tantas veces, me recordé que no le debía nada a nadie. Ni siquiera a mí misma.
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De Lukov, con amor de Mariana Zapata
Porque era fácil olvidar que el amor era complicado. Que alguien podía quererte y querer lo mejor para ti y, al mismo tiempo, romperte por la mitad. Lo de querer a alguien mal era una realidad. Era posible querer a alguien demasiado. Que el amor resultase forzado.
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De Lukov, con amor de Mariana Zapata
El patinaje en parejas era cuestión de unidad, de confianza, de tiempo, de anticipación y de sincronización. Era cuestión de que dos personas casi se convirtieran en una, aunque manteniendo de algún modo su indvidualidad.
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De Lukov, con amor de Mariana Zapata
-Te amo papa,pero no puedo cambiar lo que soy y lo que quiero de mi vida .si ,no se que demonios voy a hacer cuando ya no pueda competir ,pero lo resolvere .no voy a renunciar a lo que me gusta solo por que pueda no tenerlo para siempre .
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De Lukov, con amor de Mariana Zapata
No voy a dejar algo que amo por el simple hecho de que no sea para siempre.
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De Lukov, con amor de Mariana Zapata
Para mí el amor era sinceridad. Era franqueza. Era conocer lo mejor y lo peor de otra persona. El amor era un empujón que te decía que alguien creía en ti cuando tú no creías en ti misma. El amor era esfuerzo y tiempo.
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De Lukov, con amor de Mariana Zapata
Yo necesitaba sinceridad. Necesitaba que me quisieran más a mí que a mis sentimientos porque quería ser mejor. Quería ser la mejor. Nunca había querido que nadie me infantilizara. No lo necesitaba y me hacía sentir incómoda. Me hacía sentir débil.
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De Lukov, con amor de Mariana Zapata
Pero si algo había aprendido en el último año y medio era lo duro que en verdad resultaba vivir con los errores propios. Había aprendido lo difícil que era encararlos y lo mucho más difícil que era aceptarlos. Todos hacíamos cosas de las que nos arrepentíamos, todos decíamos cosas de las que nos arrepentíamos y la culpabilidad constituía un peso aplastante en el alma. Yo quería ser mejor persona. Por mí. Por nadie más.
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¿Cuál fue la primera obra escrita en verso en lengua castellana?