La biblioteca de fuego de María Zaragoza
A menudo, los intelectuales de izquierdas y los nuevos falangistas se encontraban en los cabarés al principio de la noche y en La Ballena Alegre después, y lo que empezaba como un intercambio de chascarrillos, solía terminar en una batalla de improperios en el club subterráneo.
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