El olor del miedo de Manuel Ríos San Martín
El miedo es una emoción compleja que algunos animales son capaces de experimentar. Pero el miedo a la muerte es únicamente humano.
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El olor del miedo de Manuel Ríos San Martín
El miedo es una emoción compleja que algunos animales son capaces de experimentar. Pero el miedo a la muerte es únicamente humano.
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El olor del miedo de Manuel Ríos San Martín
Tal vez esa fuera la diferencia fundamental entre ambas especies: la conciencia de la propia muerte.
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El olor del miedo de Manuel Ríos San Martín
Sabemos lo que significa el peligro: dejar de existir. Y eso lo cambia todo.
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El olor del miedo de Manuel Ríos San Martín
Nada proporciona consuelo ante la intuición de perder la propia vida.
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El olor del miedo de Manuel Ríos San Martín
El miedo es una emoción compleja que algunos animales son capaces de experimentar. Pero el miedo a la muerte es únicamente humano. Solo el cerebro de los homínidos, desde tiempos atávicos, es capaz de avanzar una hipótesis «Si los demás la palman, también la palmaré yo».
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El olor del miedo de Manuel Ríos San Martín
Hay días de todo tipo, días de paz y días de pelea, días de llanto y de risa, días de infortunio y de muerte, de duelo y celebración. Pero hay algunos especiales que hacen olvidar incluso los peores momentos. Son días de luz, tranquilidad y amor, días de anhelo sin sombra y de confianza sin resquemor. Esos días permanecen en la memoria de los humanos toda una vida.
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El olor del miedo de Manuel Ríos San Martín
No compartes la misma filosofía de vida, Elena. A ti te apasionan los animales, cuidarlos; te sobra amor, entrega. Eres muy generosa. Pero eres una chica burguesa, de una familia acomodada y siempre has vivido bien. Solo has estado una semana en África.
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Donde haya tinieblas de Manuel Ríos San Martín
... No es que haya dos maneras opuestas de entender la religión, es que hay dos maneras opuestas de enfrentarse a la vida. Estamos los que creemos en el valor del perdón y los que prefieren la venganza. Luego eso se concreta en las distintas religiones, en los equipos de fútbol, en la política, en las herencias familiares...
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Donde haya tinieblas de Manuel Ríos San Martín
Si comían serían libres afirmó entusiasmada. Me quedé en silencio pensando. Era ingeniosa su pro puesta. -El hombre y la mujer decidirían por sí solos lo que estaba bien y mal. Sin necesidad de intervención divina. Por eso los amenaza con matarlos, no te jode? Y Eva le echa un par de ovarios y desafia a Dios mientras que Adán es un cobarde acusica: «Ha sido ella, ha sido ella». Asume tus actos, colega. Has comido porque has querido. Ya entenderás nuestra desconfianza hacia vosotros. -Joder.., no lo había pensado. -Todo el libro está escrito por un hombre, y los que lo habéis interpretado desde entonces sois hombres, por eso no dejan a las mujeres ser sacerdotisas. Le darían la vuelta al relato. Dios maldice a la serpiente porque le ha revolucionado el gallinero. |
Donde haya tinieblas de Manuel Ríos San Martín
-Y a lo largo de los siglos que no habéis tenido por qué controlarlo? No puede ser vuestra decisión la de controlarlo o no la que mueva el mundo, debe ser un tema legal y apoyado por toda la sociedad. :Quién va a proteger a tu hija de los instintos de sus companeros o de los profesores si no la protege la sociedad con educación e igualdad?
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Donde haya tinieblas de Manuel Ríos San Martín
A veces es más fácil perdonar a los demás que perdonarse a uno mismo. Somos crueles con nuestros errores, poco misericordiosos.
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Donde haya tinieblas de Manuel Ríos San Martín
Los criminales deberían tener algo especial como en los dibujos animados, una ceja que se levanta cuando no debe, un brillo especial en los dientes.
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Donde haya tinieblas de Manuel Ríos San Martín
… y dicen que recibir me gustas genera tanta oxitocina como un beso. Como recibo pocos, no puedo asegurarlo. Besos y likes.
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Donde haya tinieblas de Manuel Ríos San Martín
Así, seis años más hasta que empiezan a ducharse solos. Ese sí que es un paso para la humanidad y no la llegada a la Luna, que vamos, que está bien y eso, pero sin comparación
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Donde haya tinieblas de Manuel Ríos San Martín
«No me refiero a que tengas empatía por la situación concreta de un personaje de una película, sea hombre, mujer o cervatillo; me refiero a que te es imposible ver el mundo como lo vemos nosotras: un lugar donde nada más nacer mujer se va a dudar de tu capacidad, vas a tener que plantearte el tener hijos si quieres tener una carrera profesional de éxito y vas a estar a las órdenes de jefes que no te llegan a la suela del zapato, pero cuya valía nadie se cuestiona porque tienen una polla entre las piernas. Si encima eres atractiva y sexi, olvídate de que te vean como nada más que un objeto sexual. Y si te violan, tendrás que justificarte para que los policías y los jueces consideren que es posible que no haya sido consentido. Y eso hablando del primer mundo, porque en otros países la mujer no es mucho más que un animal al que se le puede pegar, violar y matar sin tener que dar explicaciones. No, Martínez, no tienes ni puta idea. Ser mujer dentro de una sociedad machista es mucho más complejo que pasarlo mal en una escena dibujada por Disney».
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Donde haya tinieblas de Manuel Ríos San Martín
A veces resulta más fácil perdonar a los demás que perdonarse a uno mismo. Somos crueles con nuestros errores, poco misericordiosos.
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Donde haya tinieblas de Manuel Ríos San Martín
Puede parecer que investigar es conducir, decidir quién pone la música y gestionar la difícil convivencia en espacios reducidos mientras se espera, y que si eso ya se encargan los de la Científica y los forenses de explicar lo que ha pasado y de encontrar a los culpables.
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Donde haya tinieblas de Manuel Ríos San Martín
Llegar por segunda vez al lugar de un crimen produce desasosiego e irrealidad. En especial si la primera lo viste por la noche, iluminado por los focos de los de Criminalística mientras sus miembros recogían evidencias vestidos con trajes blancos impolutos y mascarillas.
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