Donde haya tinieblas de Manuel Ríos San Martín
«No me refiero a que tengas empatía por la situación concreta de un personaje de una película, sea hombre, mujer o cervatillo; me refiero a que te es imposible ver el mundo como lo vemos nosotras: un lugar donde nada más nacer mujer se va a dudar de tu capacidad, vas a tener que plantearte el tener hijos si quieres tener una carrera profesional de éxito y vas a estar a las órdenes de jefes que no te llegan a la suela del zapato, pero cuya valía nadie se cuestiona porque tienen una polla entre las piernas. Si encima eres atractiva y sexi, olvídate de que te vean como nada más que un objeto sexual. Y si te violan, tendrás que justificarte para que los policías y los jueces consideren que es posible que no haya sido consentido. Y eso hablando del primer mundo, porque en otros países la mujer no es mucho más que un animal al que se le puede pegar, violar y matar sin tener que dar explicaciones. No, Martínez, no tienes ni puta idea. Ser mujer dentro de una sociedad machista es mucho más complejo que pasarlo mal en una escena dibujada por Disney».
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