Soñar con la superfície de Louise O'Neill
Nos sentamos uno al lado del otro y miramos hacia el océano sin que ninguno de los dos diga ni una palabra. Él guarda silencio porque quiere hacerlo, mientras que yo reboso palabras que no puedo pronunciar. Es como si me llenaran cada vena y arteria mientras el alfabeto se graba en mis huesos y las letras se arremolinan por mi cuerpo. Es asombroso lo desdeñosa que fui al renunciar a mi voz, la poca importancia que le di. Desde que me silenciaron, lo único que quiero es poder hablar.
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