La llama y la flor de Kathleen Woodiwiss
Estoy definitivamente perdida, pues ya no me satisface el mero hecho de existir. Debo amar y ser amada. Debo poseer y ser poseída. Debo ser tuya, mi amor, del mismo modo que tú debes ser mío. Así que ya lo ves, me has enseñado demasiado bien. Todo lo que te propusiste hacer al principio, lo has cumplido con creces. Debo vivir contigo y ser parte de ti, y si los lazos del matrimonio no nos unieran y continuaras surcando los mares, te seguiría alrededor del mundo como tu querida. Nuestro voto sagrado sería el amor. Y si al confesar esto soy una descarada, entonces soy feliz.
|